El conseller de Territorio y Vivienda de la Generalitat Valenciana, Rafael Blasco, ha recordado a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que “llevar el agua desalada desde la costa a las zonas del interior también exige bombeo”.
“Todo lo que no está a cota cero sobre el nivel del mar implica tener que bombear el agua, por lo tanto, que no nos venda ahora la ministra que el Plan Hidrológico Nacional tendría más coste energético que las desaladoras a causa de los bombeos”, ha continuado Blasco.
A juicio del conseller, “está más que demostrado que el coste energético de las desaladoras es mucho mayor que el que supondría el PHN porque necesitan un suministro eléctrico continuo y esto lo ha reconocido hasta el Presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización de Agua, José Antonio Medina”.
Rafael Blasco, ha especificado, en este sentido, que “frente al consumo energético medio de 2,5 kilovatios por metro cúbico de agua, previsto en la opción del trasvase, la desalación tendrá un coste mínimo de 4 kilovatios por metro cúbico”.
“A esos 4 kilovatios habría que añadir el sobrecoste de llevar el agua desalada desde las plantas desaladoras, ubicadas en el litoral, hasta los puntos de consumo, situados, en la mayoría de los casos a diferente altitud y lejos de la costa”.
“Así que no sé que informes va a presentar Narbona ante la Comisión Europea para demostrar lo contrario, ante todo, porque no le ha dado tiempo de elaborar ninguno, como se encarga de demostrar ella misma cuando un día habla de energía eólica, otro de energía solar y otro simplemente no habla porque no tiene qué decir”, ha sentenciado el conseller.
“Nosotros si que estamos maravillados de que la ministra haya sido capaz, por plegarse a las exigencias de sus socios de gobierno, de derogar un Plan Hidrológico aprobado por el Congreso de los Diputados sin tener una alternativa seria y sin ni siquiera discutirlo con las Comunidades afectadas”, ha añadido Blasco.
Complemento y no alternativa
El titular de Territorio y Vivienda ha asegurado que “el Gobierno Valenciano nunca ha renegado de la desalinización como solución puntual a consumos mínimos en la costa, pero es intolerable plantearla como una alternativa global a la transferencia de caudales prevista en el Plan Hidrológico”.
En opinión del máximo responsable de la política medioambiental valenciana, “una cosa es construir una planta en Alicante y otra muy distinta es llenar la costa mediterránea de desaladoras y convertir nuestro litoral en un vertedero de salmuera y CO2”.
Para Rafael Blasco, el plan de desaladoras que plantea el gobierno socialista no soluciona el problema de la demanda agraria ni el problema de la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos, cosa que sí hacia el trasvase del Ebro.
El conseller ha recordado que en España no falta agua sino que está mal distribuida. Así, mientras en la cuenca del Ebro la dotación por habitante y año es de 6.737 metros cúbicos, en la cuenca del Júcar es de 991 m3 y en la del Segura de 864 m3, lo que supone en términos relativos una octava parte de los recursos del Ebro.
“Por este motivo, no puedo entender que el Ministerio trate de implantar políticas hidrológicas utilizadas en el Golfo Pérsico para solucionar el déficit de agua que tienen la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería”, ha especificado el titular valenciano de Territorio.
Cumplimiento de Kioto
Respecto a Kioto, Blasco dice no comprender “por qué Narbona se sorprende de nuestro interés por cumplir con el Protocolo, debería estar orgullosa de la postura adoptada por la Comunidad Valenciana y pedir al resto de autonomías que sigan nuestro ejemplo y realicen su reconversión tecnológica”.
El conseller de Territorio ha insistido en la falta de coherencia del Ministerio de Medio Ambiente al apostar por la construcción de desaladoras, con el considerable aumento de emisiones de CO2 que esto supondrá, y al mismo tiempo poner trabas a los sectores estratégicos valencianos que ya han reducido sus niveles de emisión.
“Los sectores industriales de nuestra Comunidad ya han hecho sus deberes, así que no vamos a consentir que la ministra nos dé lecciones de como cumplir con Kioto, sobre todo cuando no ha sido capaz de justificar su propio Plan de Asignaciones”, ha concluido Rafael Blasco.
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