Las organizaciones Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF-Adena, y los sindicatos CC.OO. y UGT se han dirigido a Aznar y a los Grupos Parlamentarios para pedir el cese de las importaciones de carbón de EE.UU. como respuesta a la posición de Bush de abandonar el Protocolo de Kioto.
De este país se han importado 12 millones de toneladas en los últimos 4 años, que suponen entre el 33 y el 15% del carbón importado.
Las organizaciones ecologistas y sindicatos (Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF-Adena, CC.OO. y UGT) han lanzado una iniciativa conjunta para impedir la importación de carbón de los EE.UU. como respuesta al abandono por el Presidente George W. Bush del Protocolo de Kioto. Para ello se han dirigido de forma conjunta al Presidente del Gobierno y a los Grupos Parlamentarios.
Piden al Gobierno que se muestre coherente con el compromiso de la UE de ratificar el Protocolo de Kioto haciendo todo lo posible para conseguir que el Gobierno de EE.UU. reconsidere su postura, dado que es responsable de la emisión de la cuarta parte de las emisiones mundiales de los gases que provocan el cambio climático.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, las importaciones de carbón de EE.UU. han sido siempre significativas en los últimos años. Así en 1997 se importaron 3,888 millones de Toneladas de este país lo que representaba el 33,4 % del carbón total importado. En 1998 la cifra de importación fue 3,196 millones de Toneladas que representaba el 26,3% del total. En 1999 fueron 2,356 millones de Toneladas con una participación del 15,7%. Y en el 2000 aumentaron las cifras de importación de EE.UU. hasta los 2,565 millones de Toneladas que, no obstante, significaron el 15,2% del carbón total importado.
Es también muy significativo que las cantidades totales de carbón importado hayan aumentado sin cesar desde los 11,663 millones de Toneladas de 1997 hasta los 22,009 millones del 2000. El precio pagado por el carbón de EE.UU. ha oscilado desde los 28.586 millones de ptas. en 1997 hasta los 17.776 millones de 1999. Cifras a todas luces muy importantes.
Los ecologistas y sindicatos quieren impedir que con las importaciones se beneficien empresas de un país que unilateralmente ha decidido desvincularse del Protocolo y que, por tanto, no acepta reducir sus propias emisiones. Las empresas energéticas de EE.UU., especialmente las carboneras, han presionado sobre el Presidente para desvincularse de este Protocolo, a pesar de que las reducciones porcentuales de emisiones asignadas por el Protocolo a EE.UU. eran mucho menores (7%), que la asignada a algunos países de la UE, como Alemania (25%), que ya tenía niveles de emisión «per cápita» mucho menores en 1990.
Esta es la segunda iniciativa conjunta de estas organizaciones contra la política de Bush. En la primera pedían que no se autorizara la construcción de centrales térmicas promovidas por compañías de capital norteamericano. La cifra prevista en la actualidad se sitúa en torno a los 10.000 MW.
Greenpeace