Remitido por AVA
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) trasladó ayer a la Conselleria de Agricultura el profundo malestar del sector apícola valenciano y demandó la puesta en marcha de ayudas a la renta “que contrarresten la inminente situación de crisis provocada por los constantes retrasos y escasez de las ayudas compensatorias del decreto de la ‘pinyolà’, y la apresurada apertura de fronteras a la miel china”, según afirmó el presidente de AVA, Cristóbal Aguado. Autonomías como Andalucía o Extremadura cuentan desde hace tiempo con rebajas fiscales para sus apicultores.
Las importaciones de miel china fueron autorizadas el pasado 31 de agosto, y aunque todavía no han comenzado a llegar partidas, la mera expectativa ha bastado para reducir el precio en origen de la milflores de 2,4 a 1,8 euros el kilo, arrastrando a la baja el resto de mieles, y se espera que con las primeras importaciones efectivas, el precio baje otros 60 céntimos. La miel china, de muy inferior calidad que la valenciana y con antecedentes de problemas sanitarios, tendrá un precio para los comerciantes de menos de un euro por kilo.
A este respecto, durante la reunión mantenida entre la sectorial apícola de AVA y representantes de la Conselleria, el director general de Ganadería e Innovaciones Agrarias, Eduardo Primo, informó al sector que la Conselleria pondrá en marcha un sistema de control y análisis de las importaciones de miel china, de modo que se mitigue su potencial peligro sanitario.
En cuanto a la ‘pinyolà’, Primo manifestó la voluntad del nuevo conseller, Juan Cotino, de formalizar los pagos compensatorios “antes de fin de año”, y anunció la creación de un Plan Estratégico de la Miel para el desarrollo del sector, así como la conclusión para 2005 del mapa varietal citrícola.
Los gastos ocasionados por el Decreto, según calcula AVA, son de 72 euros por colmena, mientras que las ayudas de 2002, después del prorrateo, se vieron reducidas a unos 20 euros, apenas un 25% “con lo que llegaron tarde y mal, con más de un año de retraso y además sin un carácter realmente compensatorio”, denunció Aguado, “por lo que tememos que este año suceda lo mismo con las ayudas de 2003, y sin que se haya dado ningún paso importante hacia la solución del problema”.
Aprobado cada año desde 2000, el Decreto de la ‘pinyolà’ obliga a los apicultores a alejar sus colmenas cinco kilómetros de las explotaciones citrícolas, para evitar que la polinización cruzada provoque la aparición de semillas en las mandarinas híbridas, lo que en la práctica significa el traslado de las colmenas fuera de la Comunidad Valenciana y la imposibilidad de elaborar miel de azahar.
AVA