Remitido por WWF/Adena:
Por el momento, son los tres únicos municipios españoles que están aplicando medidas en esta materia.
Tres ayuntamientos en la lista verde, 22 en la ámbar y 8.089 en la roja. Este es el resultado inicial del Observatorio “Ciudades por los Bosques” que WWF/Adena ha hecho público en Barcelona y que muestra el escaso compromiso de las Administraciones locales españolas con la conservación de los bosques. Por el momento, los Ayuntamientos de Barcelona, Sant Boi de Llobregat y El Prat de Llobregat figuran como los tres únicos municipios españoles que están aplicando medidas en esta materia.
Las Administraciones públicas españolas gastan más de 2.100 millones de euros al año en productos de madera y papel cuyo origen desconocen. Es decir, el 18% de un mercado en el que las 2/3 partes de lo que se consume es importado. El uso de la madera es preferible frente al de otros materiales más contaminantes como plásticos o metales. Sin embargo, esta materia prima procede con demasiada frecuencia de las talas ilegales e insostenibles que están destruyendo los últimos bosques vírgenes del planeta y la biodiversidad forestal mundial. De hecho, en el 93,7% de los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes no existen aún políticas de compra con las que evitar las compras de madera que tienen este destructivo origen.
WWF/Adena subraya que el 15,8% de las importaciones españolas de productos de madera se realizan desde países donde las talas ilegales constituyen prácticas habituales. Un problema que, aunque se identifica con las regiones tropicales, afecta también a países desarrollados y economías en transición. Su magnitud es tan importante que organismos internacionales como el Banco Mundial, el G8 y la propia UE se han pronunciado para hacer notar que es prioritario detener la explotación forestal ilegal.
Según Félix Romero, Programa Forestal de WWF/Adena: “Nuestros gobiernos locales destinan anualmente cientos de millones de euros a la compra de productos que proceden de la destrucción de los bosques y de los medios de vida de quienes viven en ellos, sin hacer nada por evitarlo. Las talas ilegales no suponen sólo un problema ecológico, también de corrupción, evasión fiscal, violencia y competencia desleal reconocidas por los organismos internacionales, por ello, nuestra actitud despreocupada, nos convierte en cómplices.”
Ante esta situación, WWF/Adena pide a las Administraciones locales y a los sectores público y privado que desarrollen políticas de compra responsable de productos forestales. La organización sostiene que es la única forma de no consumir madera de origen ilegal e insostenible, al dar prioridad a los productos certificados por sistemas que garanticen la explotación respetuosa de los bosques, como la certificación FSC.
WWF/Adena