El consejero de Obras Públicas de Castilla-La Mancha, Alejandro Gil, considera que la solución definitiva a los problemas hídricos de la cuenca alta del Guadiana pasa por la participación de todos los implicados en la elaboración del Plan Especial del Alto Guadiana, un gran pacto dijo- que evite las políticas de imposición que han sido siempre un fracaso.
Gil, que presentó ayer por la tarde en Ciudad Real, el libro de Mariano Velasco Lizcano Hablemos del Acuífero 23, opina que la salvación de este acuífero pasa por una solución intermedia entre los que abogan por la prohibición del riego, la denominada opción cero, y los que defienden seguir como hasta ahora y dicen que aquí no pasa nada. Para el consejero, la opción cero constituiría una catástrofe para la agricultura de Ciudad Real, pero tampoco se puede seguir como hasta ahora porque hay que recuperar todos estos años de vaciamiento del acuífero, agregó.
Tanto el consejero como Mariano Velasco coincidieron al destacar que el Plan Especial para el Alto Guadiana es una gran oportunidad para evitar la desaparición de La Mancha húmeda. En este sentido, Velasco pidió también la participación de todos en la redacción del plan y, sobre todo, que se llegue a un consenso amplio en las medidas a adoptar para recuperar el Acuífero 23 sin caer en la improvisación.
Alejandro Gil reconoció que algunas iniciativas emprendidas en los últimos años para recuperar el acuífero no han dado su fruto, pero indicó que otras medidas coyunturales, como el plan de compensación de rentas implantado en la época de la gran sequía de principios de los noventa, sí han funcionado y subrayó también que el Gobierno de Castilla-La Mancha está invirtiendo 14.000 millones de pesetas en la construcción de depuradoras en la cabecera del Guadiana, aunque estos programas no pueden ocultar otros problemas del Acuífero 23 como la proliferación de pozos, añadió.
JCCM