Pese a que la agricultura se asocia generalmente con la deforestación, casi la mitad de las tierras agrícolas del mundo incluyen una buena cantidad de árboles, según un nuevo estudio del Centro Mundial de Agroforestería divulgado hoy por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).
La investigación, presentada en el Congreso sobre el tema que se celebra esta semana en Nairobi, utilizó imágenes satelitales y llegó a la conclusión de que el área arbolada en los sembradíos tiene una extensión equivalente a dos selvas amazónicas.
Dennis Garrity, director del Centro, destacó que plantar árboles reporta al agricultor una serie de beneficios.
Además de captar el carbono, le provee semillas y frutos, son un rompevientos natural y controlan la erosión, le dan combustible para calentarse y madera para construir su hogar.
Opinó que los responsables de políticas y planeación han sido lentos en reconocer que los agricultores los siembran y cuidan de manera espontánea.
El estudio subraya que si se plantaran árboles sistemáticamente, se podría fortalecer la situación de los campesinos que, en tiempos de sequía cuando otros cultivos fracasan, podrían aguantar hasta la siguiente temporada.
ONU