Portugal creará un Fondo Inmobiliario Forestal

El fondo estaba ya previsto en el Plan de
Desarrollo Sostenible de los Montes
Portugueses elaborado en 1998, y hay
que entenderlo como una forma de
superar algunos de los problemas que
tiene la gestión forestal, tales como la
excesiva fragmentación de la propiedad
así como la preponderancia de la
inversión pública.
Se pretende que el dinero para la
gestión forestal venga, en gran parte, no
de los actuales propietarios forestales,
si no de inversores institucionales, a los cuales el fondo ofrecerá un rendimiento a
largo plazo. El objetivo es que la mitad de las participaciones del fondo sean
propiedad del Estado, y la otra parte de otros inversores, en particular, fondos de
pensiones, dado el dilatado horizonte de las inversiones.
En los últimos años, entre 1985 y 2002, el Estado se hizo cargo del 65% de la
inversión forestal, y si no contamos las plantaciones de eucaliptos que
acapararon la inversión privada en ese periodo de tiempo, ese porcentaje se eleva
hasta el 90%.
El patrimonio del fondo, en parte, estará constituido por terrenos forestales
comprados en diferentes puntos del país. La parcelación de estas superficies
permitirá reunir áreas con dimensión suficiente para que la gestión del monte sea
viable y rentable. Además, en este proceso de compra el Estado podrá aprovechar
para resolver el problema que origina la situación de falta de actualización del
catastro, lo que ha sido un obstáculo para el aprovechamiento eficaz de los
fondos comunitarios para el sector, ya que se exige prueba de titularidad de las
superficies forestales.
Además de los terrenos, el patrimonio del fondo estará también constituido por
las plantaciones así como por su explotación que será, sobre todo, leñosa. De las
superficies del fondo, un 65% serán ocupadas por resinosas, un 15% por
eucaliptos y el resto por especies que no producen madera, pero que tienen,
sobre todo, la función de obstaculizar los incendios. Aunque se puedan realizar
otras acciones como, por ejemplo, el agroturismo, estas tendrán carácter
marginal, puesto que la rentabilidad del fondo está garantizada por la producción
de madera.
Los aspectos que condicionarán el atractivo de este fondo serán, por un lado, su
rentabilidad, para lo cual el Estado deberá ceder parte de sus dividendos en favor
de los inversores privados. De esta forma, es posible que haya una rentabilidad
atrayente, superior a la de los depósitos a plazo. Por otro lado, el riesgo será
menor dada la dimensión de las áreas pertenecientes al fondo, lo que podrá
permitir contratos ventajosos con las aseguradoras.
Una de las novedades del fondo está en el hecho de que sus propiedades tienen
que ser obligatoriamente gestionadas de acuerdo con la norma portuguesa para la
Gestión Forestal Sostenible, publicada este mismo año. Por ello, este
instrumento será el primer fondo de inversión medioambiental portugués.
Algunos países ya poseen este tipo de fondos verdes desde hace varios años,
como por ejemplo, Estados Unidos y Reino Unido.

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