Desde los años setenta, la producción de aceite de oliva en Portugal está en
declive. Sin embargo, en el resto de países productores, la tendencia es de
sentido contrario. Se ha reforzado la capacidad productiva como respuesta al
crecimiento del consumo a nivel mundial.
La producción nacional, menos de 50.000 tn, es claramente insuficiente para
abastecer el mercado portugués, ya que de media se consumen unas 62.000
toneladas en el mercado interno, a las que hay que añadir 18.000 toneladas más
que van a la exportación.
Aún no tiene efectos sobre la producción oleícola el reciente incremento de la
superficie de olivar del país. Desde el año 2000 se han plantado 11.000 nuevas
hectáreas que se han acogido a las ayudas comunitarias previstas en un
programa que prevé la plantación de 30.000 hectáreas, para las que se otorgan
ayudas que alcanzan el 50% de la inversión (ver Boletín nº 88). El productor es
libre de aumentar la superficie de olivar más allá de la
previsto en este programa, pero sin recurrir a las
ayudas comunitarias. Hay que considerar, además, que
la producción portuguesa ha sido afectada también por
los incendios del verano pasado.
Por otra parte, los productores de aceite de oliva están
preocupados por las recientes modificaciones que
propone la Comisión Europea en la Organización Común del Mercado del aceite
de oliva. Hay muchos recelos de que el desacoplamiento de las ayudas pueda
constituir un estímulo al abandono de la actividad. Sería un fuerte golpe a un
cultivo tradicional en Portugal y cercenaría las esperanzas de despegue del
cultivo que supone las nuevas hectáreas plantadas con las ayudas comunitarias.
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