Debido a que ya se registran las condiciones climatológicas óptimas para la reproducción de la pyricularia, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) recomienda a los arroceros valencianos que extremen la vigilancia con el fin de detectar posibles infecciones iniciales, sobre todo en la citada variedad, así como en otras variedades consideradas sensibles como fonsa, bomba, maso y sara, entre otras. El excesivo calor, sumado a la alta humedad, constituyen los agentes perfectos para la reproducción de este hongo.
En caso de tener dudas sobre la presencia del citado hongo, la organización agraria aconseja a los arroceros que se pongan en
contacto lo antes posible con el Servicio de Sanidad y Certificación Vegetal de Silla para su identificación y diagnóstico y, en su caso, aplicar inmediatamente un tratamiento ya que éste es siempre preventivo y no curativo.
El hongo pyricularia produce una enfermedad en el arroz cuyos síntomas típicos son, inicialmente, unas manchas alargadas en las hojas y, posteriormente, la decoloración de los tallos, que se tornan marrones en el nudo superior o próximo al tallo, lo que provoca el típico "cuello roto". Esto provoca que la panícula se vuelque y los granos queden vacíos o deficientemente llenos.
La enfermedad se propaga habitualmente por esporas llevadas por el viento, aunque inicialmente se origina en el suelo infectado o por los restos de paja y rastrojo de arroz en los campos. La transmisión por semilla es difícil, debido a que bajo el agua no se puede reproducir porque necesita oxígeno y la temperatura suele ser más fresca, inferior a 24 grados, aunque no resulta imposible.
AVA