La comunidad de Castilla y León es una de las regiones con más terreno forestal de Europa, lo que la convierte en una zona con alto riesgo de incendios. El 8% de ellos los causan rayos surgidos de una tormenta.
Un trabajo español publicado en la revista Natural Hazards and Earth System Sciences divide en cinco grupos las situaciones atmosféricas que favorecen la aparición de un incendio por causa de los rayos a escala sinóptica –o ‘escala grande’ de longitud horizontal, de 1.000 km o más–. “Esta clasificación es un primer paso para la mejora de la predicción de las tormentas, y este tipo de incendios está directamente relacionado con su formación y desarrollo”, declara a SINC Eduardo García-Ortega, uno de los autores del estudio e investigador del grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de León.
El análisis se ha realizado a partir de datos del Centro para la Defensa contra el Fuego de Castilla y León, y se han tenido en cuenta las condiciones de temperatura, viento y humedad, entre otras, de los 376 días con incendios causados por rayos registrados entre 1987 y 2006 en esta comunidad autónoma.
Según García-Ortega, “el desarrollo de tormentas requiere de la sinergia de dos circunstancias: un factor de disparo que provoque la convección de una masa de aire, y un entorno sinóptico favorable”. El estudio se ha centrado en este último factor: “Se trata de que exista un entorno atmosférico que impulse los fenómenos que se producen a mesoescala (escala regional-local). Sin este entorno no hay posibilidad de formación de tormentas y, por tanto, de aparición de rayos”, explica el investigador.
Cada grupo presenta características individuales bien definidas, pero todos tienen una en común: la presencia de perturbaciones frías en niveles medios y altos de la atmósfera y la entrada de aire cálido de componente sur en niveles bajos. Ambos factores favorecen el desarrollo de eventos de convección, generadores de tormentas eléctricas.
De todos los patrones, el que concentra un menor número de días con incendios detectados es también el que presenta el mayor número de incendios por día. “Este punto es importante, ya que la dificultad de gestionar los medios anti-incendios es mayor cuando hay varios focos distribuidos en una zona determinada”, remarca el investigador.
El mayor número de incendios de Europa se produce en los países del sur. La lista la lidera la Península Ibérica, que registra el 50% de los fuegos, seguida del sur de Italia (10%) y el triángulo formado por Provenza-Toscana-Córcega (7%).
“La vegetación de áreas como el oeste de León, su exposición a la entrada de perturbaciones desde el Atlántico y los vientos de componente sur (más frecuentes en verano), así como su compleja orografía, convierten los incendios en un riesgo natural, para la economía y para la vida de Castilla y León”, señala García-Ortega. El estudio forma parte de una investigación que se prolongará para afinar al máximo en la predicción de tormentas: “El siguiente paso es refinar los estudios a mesoescala para saber qué factores de disparo (vinculados a la orografía, la radiación solar o la convergencia de vientos de una determinada procedencia, entre otros) intervienen también en el desarrollo de estos eventos”, concluye.
SINC