El injerto es una operación en la que parte de una planta se une a otra, se convierte en su soporte y le proporciona el alimento necesario para que crezca. En los últimos años, la técnica del injerto aplicada a la horticultura ha experimentado una notable expansión, al facilitar a los productores repetir los cultivos año tras año en un mismo terreno.
”Tanto la semilla como la planta son eslabones vitales de la actividad agraria,” comenta Vicente Navarro, Presidente de la Sección de Hortícolas de ANOVE. Las empresas profesionales de semillas tienen establecidos rigurosos protocolos fitosanitarios que cubren la totalidad del proceso de desarrollo hasta la venta del material de reproducción.
Sin embargo, una mala praxis en la producción del injerto, puede originar diferencias, tanto cualitativas como cuantitativas, respecto de la variedad deseada y la cosecha obtenida. Además, el riesgo de enfermedades se ve incrementado, en particular enfermedades bacterianas y virosis. Por el contrario un correcto control por parte del semillero puede evitar problemas tanto provenientes de la semilla como del entorno productivo. Es preocupante el aumento que se está produciendo de prácticas fraudulentas en la elaboración y comercialización de estos injertos.
Por ello, ambas asociaciones están realizando contactos con las administraciones competentes con el fin de exponerles los peligros que estás prácticas suponen para la agricultura española, ya que las plántulas así obtenidas no pueden asegurar el origen, sanidad ni calidad del material vegetal. Es necesario controlar tanto el número de injertos trasplantados como el número de semillas necesarias para la realización de los mismos.
También se está trabajando conjuntamente para elaborar un protocolo de buenas prácticas que regule las condiciones que debe reunir un semillero para realizar injertos hortícolas, con el objetivo de garantizar, aún más, si cabe, la calidad y sanidad de estás plántulas producidas en semilleros utilizando las semillas bajo las estrictas condiciones que este protocolo exige.
“De este modo se garantizará la trazabilidad de la planta asegurando que ha sido tratada en las condiciones adecuadas, al haberse producido en un semillero acreditado”, comenta Miguel Angel Zorrilla, director de comunicación de ASEHOR.
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