Los productores de frutas- especialmente fruta de hueso y cítricos– agrupados en Asociafruit y afectados por los desembalses realizados tras las últimas lluvias estudian una posible querella contra la administración andaluza por lo que consideran una pésima gestión de los mismos.
La falta de previsión, a pesar de los pronósticos meteorológicos que anunciaban fuertes precipitaciones – por encima de los 100 litros/m2 – y de que la cuenca estaba al 76% de su capacidad total, ha vuelto a ocasionar por segunda vez en este mismo año la inundación de una parte muy importante- más de 700 hectáreas- de la superficie de cultivo situada en los márgenes del Guadalquivir.
La inundación del pasado mes de febrero ya ocasionó pérdidas irreparables en las plantaciones con la desaparición de 200 hectáreas de cultivo, e importantes pérdidas en la producción de las zonas que estuvieron inundadas y que vieron disminuir su cosecha en un 50%. A las cuantiosas pérdidas económicas que esto supuso a pequeños y medianos agricultores, hay que añadir la pérdida de 45.000 jornales ocasionada no sólo por la menor producción, sino también por la disminución de la superficie.
Este escenario vuelve a repetirse de nuevo en los últimos días como consecuencia de lo que desde Asociafruit se considera una pésima gestión de los desembalses. La apertura de los pantanos coincidiendo justo con los días de más lluvia ha provocado que el volumen de hectómetros cúbicos de agua por segundo en ciertas zonas “conflictivas”, como por ejemplo la confluencia del río Guadalquivir y el Genil, haya llegado a cifras muy similares a las alcanzas en las inundaciones ocurridas el pasado mes de febrero.
Concretamente, y según datos oficiales contrastados, en el punto de control de Alcalá del Río, hasta el 7 de diciembre el caudal registrado era de unos 200 metros cúbicos por segundo, cifra que se incrementó drásticamente en los días 7 y 8 alcanzándose los 3.200 metros cúbicos por segundo.
A esto hay que añadir la situación en la que se encuentran los cauces del río Guadalquivir y sus afluentes, donde la falta de mantenimiento ha contribuido a que la situación se agravase aún más.
Asociafruit pone también en cuestión la coordinación de los desembalses entre los embalses de la cuenca, queriendo plantear también la posible supeditación de la gestión de los desembalses a las implicaciones hidroeléctricas. De esta forma se plantea la posibilidad de que se hayan priorizado los intereses eléctricos por encima de otras consecuencias.
Asociafruit