UPA y COAG cuestionaron, una campaña más, la estrategia que están llevando a cabo las industrias extractoras, «ya que como viene ocurriendo desde el año 2005 las importaciones de aceite de girasol en bruto se han disparado superando ampliamente las 260.000 toneladas anuales a nivel nacional, desplazando de esta manera el aceite producido con el girasol nacional».
En este punto, la ‘Alianza por la unidad del campo’ solicitó al Gobierno que sea «sumamente escrupuloso» a la hora de controlar la mercancía que entra a España de terceros países, «especialmente de Ucrania y Rusia, y que sea inflexible a la hora de vigilar al detalle la procedencia y calidad del aceite a granel que sigue entrando en nuestros puertos».
Según sus datos, en Castilla y León se ha cosechado ya el 20 por ciento de la superficie dedicada a este cultivo «y los rendimientos que se están obteniendo se sitúan por debajo de lo esperado, con unos 800 kilos por hectárea de media entre secano y regadío».
Finalmente, las dos organizaciones agrarias hicieron un llamamiento a los cultivadores de la Región recordándoles que ante la situación de indefensión en la que se encuentran a nivel de precios, tienen la opción de comercializar la pipa de girasol a través de las cooperativas.
Europa Press