Remitido por PROFOR:
Los datos obtenidos de la comparación entre 1990 y 2000 ponen de manifiesto un hecho evidente: el aumento considerable de la superficie ocupada por usos urbanos, industriales e infraestructuras que coincide con un período de considerable estancamiento demográfico. Ello debe llevar a la reflexión sobre uno de los principales parámetros de eficiencia ambiental de nuestra economía que es el consumo de territorio por habitante en el que retrocedemos de forma palpable.
No obstante, en cuanto a las conclusiones sobre los movimientos dentro de los espacios no artificializados, conformados básicamente por el suelo destinado a la agricultura y el forestal, sea arbolado o no, nos encontramos con una información contradictoria con la obtenida de forma contrastada a través de otros mecanismos de igual solvencia como son los inventarios forestales nacionales, la estadística forestal mundial realizada por la FAOo la propia estadística agraria de superficies de cultivo.
De acuerdo con la información del proyecto CORINE hemos perdido en una buena proporción bosques y por contra aumenta ligeramente la superficie agrícola. La realidad es bien diferente. La mayor parte de la pérdida por paso a usos urbanos e infraestructuras se concentra en espacios agrícolas y, solo excepcionalmente, forestales y, estos, a su vez vienen ocupando considerables espacios, especialmente aquellos lugares que la agricultura marginal ha ido abandonando desde finales del siglo XIX.
Por motivos técnicos, la ocupación por vegetación forestal de cultivos abandonados, los regenerados de incendios – proceso especialmente intenso en las zonas incendiadas entre 1990 y 1994 – y las zonas repobladas en los pasados 15 años no se identifican mediante imágenes de satélites por su baja altura y densidad requiriendo de comprobaciones de campo que sí se realizan p.e. en el Inventario Forestal Nacional. Los trabajos de campo le otorgan una mayor fiabilidad a los resultados en relación con el esfuerzo realizado.
Diferentes especialistas coinciden en la adecuación del modelo CORINE para usos intensos del suelo (urbano, bosques, agricultura de regadío) más propios de la Europa Central, Occidental y Septentrional y para un seguimiento a escalas de poco detalle (Europa, estados), pero inadecuado para un mayor detalle (regiones, provincias, comarcas) y muchos usos del suelo propios del clima mediterráneo donde los errores de interpretación por la carencia del correspondiente trabajo de campo son fehacientes (dehesas, barbechos, matorral de sucesión, cultivos leñosos de secano, regenerado forestal, etc.).
En todas las Comunidades Autónomas que han realizado en fechas recientes el Tercer Inventario Forestal Nacional – más de la mitad de España – el aumento de bosques tanto en extensión como en su carga de biomasa es espectacular.
La Asociación de Profesionales Forestales de España (PROFOR) es una organización no gubernamental de ámbito nacional, que agrupa a profesionales forestales de diferente formación y niveles de titulación académica (ingenieros de montes, agentes forestales, biólogos, trabajadores forestales, geógrafos, etc.) y de diferentes ámbitos laborales (Administración pública, empresa privada, enseñanza, investigación, etc.). PROFOR tiene como objetivos trasmitir a la sociedad el punto de vista independiente de los profesionales forestales, sobre todas aquellas cuestiones que afectan a la gestión y conservación de la naturaleza y a la profesión forestal, y concienciar a la sociedad y a los responsables políticos en particular, de la necesidad de una gestión sostenible de los recursos naturales, que permita un aprovechamiento racional y sea compatible con la conservación y mejora del medio natural y permita a su vez el desarrollo de la población rural.
PROFOR