Propuestas de la Comisión Europea para lograr unos precios alimentarios más bajos y competitivos

«El aumento de los precios de los alimentos ha supuesto cerca de un tercio de la inflación total registrada entre agosto de 2007 y julio de 2008, que ha afectado especialmente a los hogares con ingresos modestos. En la situación de desaceleración económica actual es muy importante dejar claro que al afirmar que se va a hacer frente a las rigideces y otros factores que impiden el buen funcionamiento de los mercados se está hablando en serio. Con ello no solo se conseguirán unos precios de consumo más competitivos y sin distorsiones, sino que además se protegerá el poder adquisitivo de los ciudadanos más vulnerables y se favorecerá la creación de puestos de trabajo», ha señalado Joaquín Almunia, Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios.

«La política agrícola desempeña una función decisiva para garantizar al consumidor alimentos a precios asequibles. Gracias a las modificaciones que entraña el chequeo de la PAC, los agricultores podrán responder mejor a las señales del mercado. Confío en que un acuerdo equilibrado en la Ronda de Doha de negociaciones comerciales mundiales nos permita eliminar algunas de las restricciones a las que se enfrenta el comercio internacional de productos alimentarios», ha afirmado Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura y desarrollo Rural.

La Comunicación propone soluciones para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria en Europa y lograr de manera permanente precios competitivos para los hogares europeos. La Comunicación es fruto de la petición que el Consejo Europeo hizo en junio para que se investigaran las causas de los fuertes aumentos de los precios de los alimentos tras el alza, más acusada incluso, experimentada por los precios de las materias primas.

Las propuestas de la Comisión son las siguientes:

-Promover la competitividad de la cadena alimentaria para fortalecer su resistencia a las conmociones causadas por los precios mundiales. El Grupo de Alto Nivel sobre Competitividad de la Industria Agroalimentaria presentará recomendaciones a principios de 2009.

-Velar por la observancia estricta y coherente de la competencia a escala nacional y comunitaria por mediación de la Red Europea de Competencia, prestando atención a las prácticas y restricciones que son especialmente dañinas.

-Examinar las normas que puedan resultar restrictivas a escala nacional o comunitaria. Es preciso inspeccionar y eliminar, cuando proceda, las normas que restrinjan la entrada en los mercados, sin perder de vista los objetivos medioambientales y sociales que se persigan con ellas. Ello se conseguirá en el contexto del control de los mercados minoristas y de la transposición de la Directiva sobre los servicios. Las normas que limiten la competencia de los precios deberán examinarse a escala nacional. Habrá que examinar también los pagos atrasados efectuados por los minoristas o las comisiones que exijan los productores por las ofertas promocionales cuando aquellas sean excesivas. Asimismo pueden efectuarse consultas a escala nacional sobre la normativa de horarios comerciales.

-Los consumidores deben poder comparar mejor los precios. Se pondrá en marcha un mecanismo europeo de seguimiento permanente de los precios.

-La Comisión estudiará junto con los reguladores de los mercados de productos básicos el modo de evitar la excesiva volatilidad en los mercados, que no beneficia ni a los productores ni a los consumidores.

Es preciso redoblar los esfuerzos para equilibrar de nuevo la oferta y la demanda de alimentos a escala mundial, estimular la investigación agraria y abrir los mercados internacionales.

Aunque los precios de los productos básicos han experimentado un fuerte descenso, es probable que los precios se mantengan altos a medio plazo debido a factores estructurales como el crecimiento de la demanda mundial.

El alza de los precios que se registra desde 2006 ha ido acompañada de un aumento de las inversiones en productos derivados afines. La brusca salida de inversiones de los mercados de futuros que se ha producido recientemente puede ser indicativa de la explosión de una burbuja especulativa. Con todo, la volatilidad sigue siendo causa de preocupaciones.

Los problemas de funcionamiento de la cadena alimentaria, en términos del grado de competencia y regulación, han desempeñado también una función importante.

La reacción ante los cambios experimentada por los precios de los alimentos en los Estados miembros ha sido muy diferente, señal de que el mercado de la UE sigue estando fragmentado. La consolidación del mercado debe redundar en una mayor eficiencia y unos precios más bajos, pero no a costa de empeorar las condiciones de la competencia a escala local de modo que vaya en detrimento de consumidores y empresas.

Según parece, hay un margen considerable para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria y garantizar que la integración y consolidación de los sectores vaya acompañada de una mejora de la competitividad y una reducción de precios, así como de una mayor opción de productos alimentarios.

Fomentar una política comercial abierta llevando a buen término la Ronda de Doha de negociaciones comerciales de la OMC sin duda será beneficioso para todos, incluidos los países en desarrollo que más sufren con los precios elevados. Con el acuerdo alcanzado sobre el chequeo de la PAC, la UE ha dado unos pasos decisivos para ayudar a los agricultores a reaccionar mejor ante las señales del mercado y aprovechar nuevas oportunidades, proporcionando al mismo tiempo una red de seguridad moderna para las crisis de mercado genuinas.

ANTECEDENTES

En la Cumbre celebrada en junio se encomendaron a la Comisión las tareas siguientes: efectuar un mejor seguimiento de la evolución de los precios de los productos agrícolas básicos y de los alimentos; analizar los efectos de la especulación en los precios de los productos agrícolas básicos, e investigar el funcionamiento de la cadena alimentaria.

Comisión Europea

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