Protección de datos con la ayuda de sistemas de radiofrecuencia

La tecnología RFID activa permite llevar a cabo una «gestión de seguridad» (control en tiempo real de accesos a sala del centro de datos y a los armarios), la «gestión de activos» (inventario y rastreo de equipos) y la «gestión de energía» (es decir, el control de la humedad, temperatura y líquidos en salas y armarios, ya que, por ejemplo, una variación de la refrigeración, debido al gran calentamiento que provocan los centros de datos, perjudicaría al material informático).

Así, se coloca un «tag» o etiqueta de radiofrecuencia activa en los objetos, en este caso, las puertas de las salas y de los armarios. Cada etiqueta tiene un código único y emite señales constantemente en una frecuencia muy amplia y limpia (la frecuencia 433). Una red de receptores capta las señales de los tag y las envía a través de la red a un software desarrollado por Vigía Tech (y bautizado como Vigía AM). A través de este software se puede controlar si alguien no autorizado ha accedido a una sala o a un armario de datos. «Tiene la ventaja de que no depende de ninguna otra tecnología como es el caso del GPS y que además se puede utilizar en lugares cerrados», explica la gestora de proyectos de la empresa, Inmaculada Tena.

En el caso de la Universidad de Sevilla, el sistema ya está funcionando en el rectorado y está en marcha un nuevo proyecto de gestión de activos (el hardware del personal) en otros edificios. Este último, que llevarán a cabo Vigia tech y la empresa Aliatis, permitirá, además de contar con un inventario a tiempo real de todo el hardware, saber la zona en la que se encuentra y sus movimientos. En el caso de la UPO, no sólo instalarán la tecnología RFID en el Centro de Datos sino también en el Centro «Housing» de investigación de la universidad. «El primero está previsto que esté listo en aproximadamente un mes», asegura Tena. Además, «estamos integrando nuestras alarmas con el sistema de incidencias de la UPO para que reciban el parte de problemas en un mismo sistema», añade.

Este sistema de localización, desarrollado por profesores titulares y visitantes del Departamento de Tecnología Electrónica de la Universidad de Sevilla en 2005, no sólo es válido para centros de datos sino para cualquier otro objeto de valor que se quiera inventariar o tener localizado: desde manuscritos o joyas a pantallas de plasma u ordenadores portátiles.

En la actualidad, comenta Tena, «estamos centrando nuestros esfuerzos, en la protección de centros de datos y en la gestión de activos (como los casos mencionados) y en la gestión de recogida de residuos».

«El potencial de esta tecnología no se queda aquí, ya que se amplía a medida que se amplían las características de las etiquetas», explica Inmaculada Tena. «Ya hay tags a los que se les puede incorporar cualquier tipo de sensor, incluido el detector de fluídos», lo que aumenta sus posibilidades de uso. De hecho «podemos ofrecer soluciones en áreas como la hospitalaria, la seguridad, la logística o el ocio», asegura.

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