El consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Alejandro Alonso, aseguró hoy en su comparecencia ante la Comisión de Agricultura y Medio Ambiente de las Cortes regionales que “Castilla-La Mancha es la Comunidad Autónoma española que más controles adicionales realiza al sector de los forrajes desecados” y destacó, entre ellos, que “aunque la legislación comunitaria prevé que las empresas de transformación sean visitadas, al menos, una vez por campaña, la Consejería lleva a cabo muestreos todas las semanas y además realiza muestreos inopinados, esto es visitas imprevistas y fuera del horario habitual de los funcionarios”.
La realización de controles muy rigurosos y la puesta en marcha de actuaciones adicionales se han decidido tras detectar dos datos. En primer lugar, el crecimiento constante en los últimos años de la producción de forrajes desecados y, en segundo lugar, las tentadoras cuantías de unas ayudas por hectárea que se están pagando a través de esta línea de subvenciones comunitarias, que realmente están pensadas para los países del Norte de Europa”.
El consejero aportó una serie de datos sobre los controles que realiza el Gobierno regional. Así, señaló que los controles sobre las solicitudes realizados en las tres últimas campañas (97/98; 98/99 y 99/00) ascienden a 101.246, de los que 71.838 han sido de las entradas de forrajes a las plantas y 29.408 a las salidas. De los más de 100.000 controles realizados, se han producido 138 incidencias administrativas que han repercutido sobre 6.095 toneladas de forrajes.
Respecto a los controles muestrados e inopinados (imprevistos), en la 2000-2001 se han llevado a cabo un total de 2.019, de los que 1.123 han sido controles muestrados de entrada, 719 controles muestrados de salida y 177 controles inopinados o de improviso.
Dichos controles han producido 562 actos de incidencias que han repercutido en 5,7 millones de kilos de forrajes, que han quedado sin derecho a las ayudas, cuyo valor ascendería a 63,9 millones de pesetas.
Alonso, tras aclarar que las subvenciones de la PAC no son al cultivo de forrajes, sino que se destinan al sector de forrajes desecados y que los perceptores de las ayudas son las empresas que transforman dichos productos, explicó que estas subvenciones son gestionadas por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente desde la campaña 97-98, siendo gestionadas anteriormente por el Ministerio.
Regulación de las ayudas de la PAC al sector de forrajes desecados
El responsable de Agricultura y Medio Ambiente recordó que el importe de la ayuda por tonelada de forraje desecado es el fijado por el Reglamento (CE) 603/95, esto es 11,45 pesetas por kilo para los forrajes desecados artificialmente y 6,43 pesetas por kilo para los secados de otra forma.
Según establece la legislación comunitaria, para beneficiarse de estas ayudas las empresas tienen que transformar el forraje suministrado mediante contrato con productores o con compradores, o el de su propia explotación. Asimismo, es condición imprescindible que los forrajes hayan salido de las empresas.
Otros requisitos, que se han ido estableciendo en los últimos años para cobrar estas subvenciones comunitarias, son: los forrajes destinados a transformación no pueden estar más de 24 horas en la planta transformadora sin ser procesados; su humedad de entrada mínima debe ser superior al 30% y la humedad media de las partidas que entran en la industria deben alcanzar al menos el 35%; y, con el fin de acabar con las sospechas de que el forraje empacado no entra con la suficiente humedad en la empresa transformadora, la UE exige, desde el 23 de febrero del 99, que el forraje entre en la planta transformadora picado y no empacado”.
El sector forrajero en Castilla-La Mancha
Tras recordar que la producción de forrajes desecados ha crecido en la mayoría de los países productores de la UE, Alonso indicó que España es el primer país productor de forrajes desecados, siendo Aragón, la primera región productora, seguida de Cataluña y Castilla-La Mancha.
En los tres últimos años se ha incrementado la producción de forrajes en cinco comunidades autónomas, siendo Castilla y León la que más ha crecido porcentualmente (un 267%), seguida de Andalucía (59%), Castilla-La Mancha (26%), Aragón (20%) y Navarra, con un incremento mucho menor.
Según explicó Alonso, en nuestra región las plantas forrajeras ocupan en la actualidad unas 36.000 hectáreas, de las que la alfalfa supone una 25.700.
En los tres años que la Consejería lleva gestionando las ayudas a este sector hay que destacar que la superficie dedicada a la alfalfa ha pasado de 21.500 a 25.700 hectáreas. Este incremento se ha producido en las provincias de Guadalajara, Ciudad Real y Albacete, sobre todo en esta última debido a las mejores condiciones del regadío y de la estructura de la propiedad para su cultivo.
Alonso señaló que la organización del sector productor es escasa. “Sólo una cooperativa en Albacete tiene entre sus actividades la comercialización de la producción de alfalfa deshidratada y en Ciudad Real existe otra de menor importancia”.
En cuanto a la deshidratación de los forrajes, en Castilla-La Mancha existen actualmente 22 establecimientos autorizados para la transformación de los forrajes, de los que 10 están en la provincia de Albacete, 6 en Ciudad Real, 5 en Toledo y 1 en Guadalajara. Asimismo, existen dos compradores autorizados, uno en Albacete y otro en Guadalajara.
La cantidad de forraje deshidratado ha pasado de 221.930 toneladas en la campaña 97/98 a 368.000 toneladas en la presente campaña 00/01.
Se estima que el sector transformador factura unos 7.360 millones de pesetas, lo que supone el 1% de la facturación del sector agroalimentario regional. En la última campaña cerrada 99/00, el importe total de las ayudas pagadas al sector supuso 3.967 millones de pesetas.
“Esto significa que los ingresos del sector de forrajes se ven incrementados en un 50% debido a las ayudas recibidas de fondos comunitarios”, señaló Alejandro Alonso, quien añadió que “teniendo en cuenta la superficie declarada en la campaña 99/00, la subvención pagada a las transformadoras equivale a una ayuda de 158.400 pesetas por hectáreas”.
Controles adicionales
Dadas las cuantías de las ayudas por hectáreas de estas subvenciones, que realmente están pensadas para los países del Norte de Europa, así como el crecimiento constante de la producción de forrajes desecados, la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente está realizando numerosísimos controles a este sector.
Se realizan tres tipos de controles: sobre la autorización de las empresas de transformación, sobre las solicitudes de ayudas y controles inopinados o imprevistos a las empresas de transformación.
En primer lugar, sólo las empresas autorizadas por la Consejería pueden beneficiarse de este régimen de ayudas. Por ello, anualmente las delegaciones provinciales realizan controles para comprobar que las empresas cumplen todos los requisitos: recinto, instalaciones técnicas y contabilidad.
Los controles sobre las solicitudes de ayudas –más de 100.000 en las tres últimas campañas- van desde los controles administrativos sistemáticos de cada solicitud a los controles por muestreo. Estos últimos analizan la contabilidad (documentación de entrada, salida y acreditación de consumos energéticos); comprobación de las características de la materia prima para desecar; comprobación de la temperatura de funcionamiento del tromel; comprobación de las características de los forrajes desecados en salida; comprobación de los productos en destino; y control de los contratos de forrajes y declaraciones de superficie.
Respecto a los controles inopinados, hay que señalar que debido al incremento de un 20% en las entradas de forrajes que se produjeron en la pasada campaña, la Consejería decidió poner en marcha durante la campaña 2000-2001 un plan de controles imprevistos. Así, se han realizado más de 2.000 controles de forma imprevista y fuera del horario de los funcionarios, principalmente por la noche.
Pero además de estas actuaciones y las que se recogen en las circulares del FEGA para ser desarrolladas en todas las comunidades autónomas, Alonso señaló que en Castilla-La Mancha se han adoptado más medidas de control.
Los controles de muestreo en las empresas transformadoras se realizan todas las semanas, cuando la legislación comunitaria prevé que dichas empresas sean visitadas, al menos, una vez al año.
Con el fin de evitar la tentación de inflar los rendimientos de las parcelas donde se cultiva el forraje y justificar así una mayor cantidad de producto transformado, la Orden de la Consejería fija unos rendimientos máximos, que se han fijado un poco por debajo de las medias que se registran en Castilla-La Mancha. Estas producciones pueden superarse, pero la empresa debe comunicar esta circunstancia antes de que se produzca para ser admitidas y además, se hace un control sistemático de todas las entregas y, no sólo un control muestral como en el resto de los casos.
Con la misma finalidad, además de los controles de campo, la Consejería realiza controles financieros a los agricultores, con el fin de comprobar la veracidad de las entregas.
Por otra parte, la circular del FEGA establece que se tiene que realizar una comunicación previa a la entrada de forraje cuando éste procede de parcelas ubicadas a más de 100 kilómetros de la planta de transformación. En Castilla-La Mancha, además, se ha limitado el período de entrada de este forraje.
Otras medidas adoptadas en la región, han sido la realización de aforos de parcelas de alfalfa, con anillos de exclusión y con el remolque cargador de alfalfa; los controles inopinados citados anteriormente; y, con el fin de asegurar que se mantiene la temperatura mínima exigida (350º C) durante todo el proceso, se ha ordenado instalar un termómetro de alta precisión con registro cronológico de los datos.
GABINETE DE PRENSA