Nota Conselleria Territori i Habitatje
El conseller de Territorio y Vivienda valenciano, Rafael Blasco, ha afirmado que el Plan de Desaladoras “disparará el consumo eléctrico y la ocupación de suelo en el litoral, y “tendrá las mismas consecuencias que si aumentara el consumo eléctrico doméstico en un 50% en el litoral valenciano”.
“Esto produciría apagones, cortes de suministro y colapsos en la red sobre todo en verano, cuando casi 15 millones de personas –entre turistas y residentes- visitan el litoral, ya que no hay capacidad para absorber este aumento exorbitante de la demanda eléctrica”, ha explicado Rafael Blasco.
“Las nuevas líneas eléctricas arrasarían los espacios naturales del litoral y provocarían una catástrofe económica, ya que el 15% del PIB valenciano se genera en nuestras costas, así como el 90% de nuestra economía turística”, ha afirmado el conseller.
Rafael Blasco ha explicado que sería “muy difícil encontrar nuevos cordones de paso para las infraestructuras eléctricas sin que se diera un grave impacto sobre los ecosistemas del litoral”.
El ministerio manipula las cifras
“Ni un trilero lo haría mejor”, ha afirmado Blasco en relación con las cifras aportadas por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. “Cada día se cambian las previsiones de inversiones y caudales desalados; la improvisación es total y se manipulan sistemáticamente las cifras para que encajen en un proyecto esperpéntico”, ha declarado Rafael Blasco.
Blasco ha explicado que con el PHN la Comunidad Valenciana contaría con entre 600 y 620 hectómetros cúbicos de agua (entre 450 y 460 hm3 por el trasvase del Ebro y entre 150 y 200 hm3 en actuaciones como modernización de riegos o reciclado y ahorro de agua). “Las últimas cifras de la ministra son entre 600 y 620 hm3 de caudales desalados, y todos los días cambian”, ha afirmado Blasco.
Costes eléctricos insostenibles
En cuanto a los costes globales, Blasco ha afirmado que para hacer frente al Plan de Desaladoras serían necesarios un mínimo de 200 kiloteps (Toneladas Equivalentes de Petróleo), lo que supone el 10% del consumo eléctrico total de la Comunidad Valenciana y el 40% del consumo doméstico.
Asimismo, la propuesta socialista incluiría la implantación de al menos 20 parques eólicos de gran dimensión y potencia en primera línea de costa, con el consiguiente impacto visual, ruidos, instalaciones complementarias y grandes depósitos de agua sobre el litoral.
Otro de los graves problemas que presenta la desalación, según Rafael Blasco, es que producirá una ocupación de suelo “insostenible” en el litoral, ya que cada planta desaladora ocupa, como mínimo, 400.000 metros cuadrados.
Blasco ha afirmado que otros impactos no menos importantes afectarían al litoral valenciano como consecuencia de la desalación, por ejemplo, ruidos, impactos visuales y, sobre todo, emisión de sustancias contaminantes al mar, ya que las salmueras contienen ácido sulfúrico.
Los vertidos de las desaladoras podrían afectar a las praderas de poseidonia (plantas marinas que recubren los fondos del litoral), que desempeñan un papel fundamental para la estabilidad de las playas y constituyen el hábitat de otras especies marinas. Las plantas se ubicarían en Alicante, donde existe una mayor necesidad de agua y una mayor presencia de las praderas de poseidonia.
La producción de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero estaría entre 1,5 y 2 millones de toneladas anuales (la mitad de lo que actualmente emite todo el sector cerámico), lo que supondría un incremento entre el 5 y el 7% del actual volumen de emisiones en la Comunidad Valenciana. “Dicho aumento es totalmente incompatible con el cumplimiento del protocolo de Kioto”, ha declarado Rafael Blasco.
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