La Secretaría General del Mar pretende con este reconocimiento identificar el lugar exacto en el que se encuentran los cascos de barcos hundidos e iniciar el seguimiento de su estado, dado que suelen ser refugio de numerosos peces y, por ello, punto de atracción de submarinistas.
De entre los pecios presentes en la zona destaca el conocido como “El Vapor”, un barco llamado “Arna”, de bandera checoslovaca y casi 100 metros de eslora, que transportaba maquinaria variada y que en abril del año 1932 chocó contra el barco “La Laja” y se hundió tras navegar apenas 1 milla
Este pecio es hoy el objetivo de una de las inmersiones más conocidas de la zona. Como resultado de este choque, quedaron sobre “La Laja” los restos del doble fondo del barco, y allí permanecen hoy día, convertidos en refugio ideal de numerosas especies de peces, dentro de una de las zonas de la reserva integral de la Reserva Marina del Cabo de Gata – Níjar.
Asimismo, en la costa del Cabo de Gata abundan los pecios, puesto que históricamente, por las características de su costa y la proximidad al Estrecho de Gibraltar, ha sido zona de navegación desde los tiempos de los fenicios.
Tal ha sido la influencia de la navegación en la zona, que hoy en día se conservan varios topónimos que hacen referencia a esta histórica faceta: La Polacra, el Bergantín e incluso el Mar de Alborán deben sus nombres a barcos típicos del siglo XVIII y al pirata Al-borani.
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