Reforma de la PAC: Daños colaterales

Algunos medios de comunicación y Organizaciones Agrarias, en su afán de dar el dato noticiable, se han apresurado a cuantificar las pérdidas que supondrá para Aragón la reforma de la PAC tanto a nivel de pérdida de renta, como de hectáreas abandonadas, etc…

Considero que la intención era buena, pero realmente si se hubieran detenido a analizar los efectos de la Reforma en todo su calado, habrían comprobado que en primer término la valoración económica de las pérdidas, además de imposible, es una frivolidad. Parece que pagando ese impuesto la Reforma agota sus efectos perniciosos. Nada más lejos de la realidad. Hay que contar con los “daños colaterales”, más graves que los directos.

Nuestros agricultores desde el nacimiento de la PAC en el año 1992 han recibido ingresos a modo de sostenimiento de las rentas declarando unas superficies de determinados cultivos a los que se les había asignado unos rendimientos por hectárea a un determinado precio. Declarando estas superficies o las cabezas de la cabaña ganadera y una vez verificados los datos a través de las inspecciones, teledetección, etc. a finales de cada anualidad llegaban las ayudas. Hubo modificaciones de PAC en 1997 y en marzo del 2000, que supusieron nuevas modificaciones de la PAC manteniendo, en síntesis, el mismo procedimiento para hacer llegar a los agricultores y ganaderos la subsidiación a las rentas. En la Agenda 2000 se había previsto una Revisión Intermedia para el año 2003 prácticamente de trámite para ir a parar al año 2006 donde ya se preveía un recorte considerable de las ayudas y la apertura de los mercados a todo tipo de productos, fruto de la globalización, sin apenas aranceles que impidieran su entrada. Es el compromiso de “Todo Menos Armas” firmado con más de 40 países del Tercer Mundo.

Así andaban las cosas, hasta que en julio del año pasado el Comisario de Agricultura, Franz Fischler, presentó a la Comisión un comunicado anunciando una Revisión Intermedia o a Medio Camino de la PAC (2000-2006) de bastante más calado y proyección que la prevista. La filosofía de la subsidiación a las rentas, sus cuantías y la incorporación de exigencias medioambientales variaban sustancialmente el fondo y forma de la PAC que hasta ese momento y desde el año 1992 se había practicado.

Poco después en el Consejo de Europa de Bruselas, Chirac y Schröeder fijan la previsión financiera y anuncian que hasta el 2013 garantizan fondos PAC a los agricultores de la UE incluyendo desde el 2004 a 10 países del Este: total, 25 países.

Esta noticia impone un cierto sosiego en el sector agrario puesto que a partir del 2006 no se sabía muy bien cual iba a ser el futuro de la PAC.

A pesar de la oposición manifiesta de los agricultores a las intenciones de Fischler, de sacar adelante la Reforma, con apenas variantes, vuelve a presentarla el pasado miércoles 22 de enero a la Comisión que la aprueba en su integridad. El próximo lunes 27 de enero pasará al Consejo de Ministros y las propuestas, opiniones, y aportaciones de cada país se dejarán oír. Se abre, pues, un importante debate coincidiendo con la presidencia de Grecia (hasta el mes de junio), que de no resolverse pasará a partir del segundo semestre de este mismo año a la presidencia de Italia para que bajo su mandato quede aprobada para su aplicación con toda probabilidad en el 2004, salvo la modulación que se aplicará en el 2006.

El fundamento de esta Reforma Intermedia “Made in Fischler” se basa en una modulación-recorte de las ayudas que no afecta a aquellos agricultores que perciban menos de 5.000 € y que en el tramo de 5.000 a 50.000 € supondrá, en el 2012, un 12’5% y en ese mismo año un 19% a los que superen los 50.000 € de ingresos PAC.

Otro fundamento es el Desacoplamiento de las ayudas. Hasta ahora había que producir para cobrar; a partir de ahora se desliga la subvención de la producción.

Propone la Reforma tomar como referencia el período 2000-2002, hallar el promedio de todas las ayudas percibidas por la explotación en ese período y dividirlas por el número de hectáreas declaradas. El resultante es un derecho, bono ó título que corresponde como pago fijo a cada hectárea que será “de por vida”, patrimonio de esa superficie que incluso puede ser vendido separado del valor de la tierra (No hay necesidad pues de hacer cosecha para cobrar este título. El agricultor gestionará la tierra como quiera y venderá al mercado, independientemente de las ayudas).

La desincentivación de la profesión agraria está cantada, explotaciones de vocación cerealista (más de 300.000 has en Aragón) poco productivas y cuya actividad genera habitualmente más pérdidas que ganancias, cerrarán.

Nuestro censo agrario, envejecido sin expectativas de plantear inversiones, sin previsión de modernización de la explotación, cerrará.

Al poder cobrar sin hacer cosechas, todo el entramado económico de adquisición de imputs (semillas, fertilizantes, maquinaria, etc.) predispondrá al cierre de comercios, talleres, servicios, etc.

La sociedad deslegitimará de inmediato la profesión agraria y los políticos arropados por esa opinión no tardarán en cortar esas subvenciones después de crear un daño irreversible en el endeble tejido demográfico y profesional en el que nuestros pueblos están situados por falta de garantías económicas y relevo generacional.

Son los “daños colaterales” de una cuantificación económica de la Reforma Intermedia de la PAC bastante más graves que el mero cálculo de pérdidas en unos millones de euros.

En definitiva, es la ruptura drástica de una forma de vivir y trabajar en el campo que de aplicarse, supondrá de forma irreversible el cierre de áreas de nuestro territorio aragonés que

nada ni nadie podrá reabrir.

ASAJA ha tomado conciencia de esta situación y ha puesto en marcha todos los mecanismos posibles para parar o al menos mitigar y modificar esta Reforma, desde la labor reivindicativa sindical, técnica, informativa, etc.

Confiamos en que las Administraciones, todas, comprendan la gravedad de la situación y coordinen de forma conjunta los esfuerzos en los foros que les corresponda.

Obviamente mantendremos con toda la prioridad nuestros esfuerzos para seguir las propuestas y debates que se abran sobre la Reforma y las posibilidades que encontremos en mejorar el texto: minimizando los efectos dañinos y propiciando lo que de positivo se pueda derivar en algunos aspectos.

Asana Aragón

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