p>Al amparo de las propuestas, se eliminarán desde el primer día todas las medidas ineficaces de apoyo al mercado (varias ayudas para la destilación, la ayuda al almacenamiento privado o las restituciones por exportación). La adición de azúcar para aumentar artificialmente el grado alcohólico volumétrico del vino (chaptalización) estará prohibida y también se abolirá la ayuda al mosto destinado a dicho aumento, creada para compensar el coste superior en comparación con la chaptalización. La destilación de crisis será sustituida por dos medidas de gestión de crisis, pagadas por las dotaciones financieras nacionales. Se dedicarán muchos más recursos económicos a la promoción del vino de la UE, especialmente en los mercados de terceros países. Durante un periodo de transición de cinco años, se mantendrán las restricciones a las plantaciones y los productores que no sean competitivos tendrán la posibilidad de abandonar el sector con una interesante ayuda financiera. A partir de 2013 se eliminarán las restricciones impuestas sobre las plantaciones para que los productores competitivos puedan ampliar su producción si así lo desean. Las normas de etiquetado se simplificarán, la UE adoptará determinadas prácticas enológicas aceptadas por todos los países productores de la Organización Internacional de la Viña y el Vino y la política de calidad se basará en un planteamiento de origen geográfico. Los Estados miembros recibirán una dotación financiera nacional y un menú de acciones para que puedan tomar las medidas que se adapten mejor a la situación local. Se destinará más dinero al desarrollo rural para financiar medidas tales como instalación de jóvenes productores de vino y la protección del medio ambiente.
«Hemos pasado un año de diálogo intenso sobre cómo hacer que el sector del vino de la UE vuelva a situarse en cabeza. He visitado muchas regiones vinícolas para conocer sus preocupaciones y compartir mis puntos de vista con ellas. La propuesta que presentamos hoy tiene en cuenta las preocupaciones expresadas, concretamente mediante el impulso de la promoción de nuestros vinos en los mercados de exportación y la limitación del arranque en las zonas medioambientalmente sensibles», declaró Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural. «Actualmente malgastamos demasiado dinero (más de un tercio de nuestro presupuesto) en librarnos de los excedentes de vino, en lugar de utilizarlo en mejorar nuestra competitividad y promocionar nuestros vinos. Estoy convencida de que mi propuesta revigorizará el sector vinícola europeo y nos permitirá alcanzar el puesto que nos corresponde, el de los mayores y mejores productores del mundo. Dejémonos de retóricas y hagamos lo que es mejor para nuestros productores y consumidores de vino.»
Detalles de la propuesta:
Supresión de las medidas de gestión del mercado: desde el primer día de la entrada en vigor de la reforma, se suprimirán las siguientes medidas: destilación de crisis, apoyo a la destilación de subproductos, destilación del alcohol de boca y de vino de uvas de doble uso, ayuda al almacenamiento privado, restituciones por exportación y ayuda al mosto para el aumento del grado alcohólico volumétrico del vino.
Prohibición de la utilización de azúcar para el aumento del grado alcohólico volumétrico: desde el día en que la reforma entre en vigor estará prohibida la utilización de azúcar para aumentar el grado alcohólico volumétrico. Este procedimiento no se ajusta a las definiciones de la OIV ni la UE. Terminar con la chaptalización y con la ayuda para el mosto permitirá mantener el equilibrio entre el norte y el sur. Así, todos los productores fabricarán vino únicamente a partir de uvas y de mosto no subvencionado.
Régimen de arranque: los productores que deseen abandonar el sector podrán recibir una prima de arranque voluntario. El primer año, la prima será un 30 % superior a los niveles actuales y, para incentivar su utilización desde el primer año, descenderá progresivamente a lo largo de los cinco años del régimen. Para evitar problemas sociales o medioambientales, los Estados miembros estarán autorizados para limitar el arranque en montañas y viñedos en pendientes muy pronunciadas, así como en regiones medioambientalmente sensibles, y para interrumpir el arranque si el total alcanza el 10 % de la superficie del país cultivada de vid. El total de superficie arrancada deberá ser de unas 200 000 hectáreas. El presupuesto dedicado al arranque descenderá de 430 millones de euros el primer año a 59 millones de euros el quinto y último año, al tiempo que la prima media descenderá de 7,174 euros por hectárea el primer año a 2,939 euros por hectárea el quinto año.
Ayuda única por explotación: todas las superficies cultivadas de vid podrán optar a los derechos de obtención del pago único por explotación, mientras que las superficies arrancadas tendrán automáticamente derecho al pago, garantizando así que se mantienen en buenas condiciones agrícolas y medioambientales.
Supresión de las restricciones de plantación: el sistema de derechos de plantación se prorrogará hasta el final del periodo de transición en 2013, y posteriormente, se abolirá a partir del 1 de enero de 2014 para permitir a los productores de vino competitivos expandir su producción. La decisión de incrementar la producción dependerá de la capacidad de los productores de vender lo que producen.
Prácticas enológicas: la La UE autorizará prácticas acordadas a nivel internacional para fabricar vino con vistas a su exportación a esos destinos. Se mantendrá la prohibición de importar mosto para la vinificación y de mezclar vinos de la UE con vinos importados.
Mejores normas de etiquetado: el concepto de vinos de calidad de la UE se basará en sus orígenes geográficos (vino de calidad producido en una región determinada). Los vinos con indicaciones geográficas se dividirán en vinos con Indicaciones Geográficas Protegidas y en vinos con Denominación de Origen Protegida. El etiquetado dará respuesta a las necesidades de los consumidores al ser más simple y, concretamente, al permitir por primera vez a los vinos de la UE sin indicación geográfica mencionar la variedad y el año de cosecha en la etiqueta para responder a la demanda de los consumidores de vinos de una sola variedad.
Dotaciones financieras nacionales: éstas permitirán a los Estados miembros adaptar las medidas a su situación particular. El presupuesto global oscilará entre 623 millones de euros en 2009 y 830 millones de euros a partir de 2015. El importe del que dispondrá cada país se calculará en función de la superficie plantada de vid, la producción y el gasto histórico. Entre las medidas posibles se hallan las siguientes: la promoción en terceros países, la reestructuración o conversión de viñedos, el apoyo a la vendimia verde y nuevas medidas de gestión de crisis como, por ejemplo, un seguro contra las catástrofes naturales y los gastos administrativos de la creación de una mutualidad específica para el sector.
Medidas de desarrollo rural: podrían ser interesantes para el sector vitivinícola numerosas medidas del Reglamento de desarrollo rural, entre las que se encuentran la instalación de jóvenes agricultores, la mejora de la comercialización, la formación profesional, el apoyo a las organizaciones de productores, el apoyo para hacer frente a los gastos adicionales generados por el mantenimiento de los paisajes culturales y a la renta perdida por este concepto, y la jubilación anticipada. Para poder ejecutar estas medidas, se transferirán fondos al presupuesto de desarrollo rural, los cuales se incrementarán de 100 millones de euros en 2009 a 400 millones de euros a partir de 2014. Este dinero estará reservado a las regiones productoras de vino.
Promoción e información: la Comisión tiene intención de aplicar con rigor una campaña responsable de promoción e información. Ello incluirá un presupuesto de 120 millones de euros procedentes de las dotaciones nacionales destinado a medidas de promoción fuera de la UE, cofinanciadas al 50 % por la Unión. Se llevarán a cabo nuevas campañas de información dentro de la UE sobre vinos con indicaciones geográficas y sobre el consumo responsable/moderado, con un incremento del porcentaje de cofinanciación hasta alcanzar el 60 % para este último concepto.
Protección del medio ambiente: la posibilidad de que todas las superficies productoras de vino puedan optar al régimen de pago único implica que los requisitos medioambientales del sistema de condicionalidad se aplicarán de manera más general. El sistema de condicionalidad será aplicable a todas las superficies arrancadas. Habrá requisitos medioambientales mínimos para el arrancado, la reestructuración y la vendimia verde, así como más fondos para los regímenes medioambientales de los programas de desarrollo rural.
El sector vitivinícola de la UE
La UE tiene más de 2,4 millones de explotaciones que producen vino y abarcan 3,6 millones de hectáreas, equivalentes a un 2 % de la superficie agrícola de la UE. La producción vitivinícola en 2006 representó más de un 5 % del valor de la producción agrícola de la UE. El consumo de vino en la Unión se halla en constante descenso, pese a que las ventas de vinos de calidad aumentan. En los últimos diez años las importaciones han aumentado en un 10 % anual, mientras que las exportaciones crecen lentamente. Si se mantienen las tendencias actuales, la producción de vino excedentaria alcanzará el 15 % de la producción anual en la campaña 2010/11. La UE gasta aproximadamente medio millardo de euros cada año en deshacerse del excedente de vino para el que no hay mercado.
Comisión Europea