Los días 10 y 11 de noviembre, la Comisión celebra un seminario con las partes interesadas para debatir las propuestas de la Comisión sobre la reforma de la organización de los mercados del tabaco crudo, el aceite de oliva y el algodón. La Comisión ha invitado a representantes de estos sectores y de las regiones más afectadas a manifestar su opinión acerca de estas propuestas y a debatirlas con el Comisario Fischler y con funcionarios de la Comisión. Este seminario forma parte del proceso de preparación de las propuestas de reforma legislativa que la Comisión presentará este mes.
Refiriéndose al seminario, Franz Fischler, Comisario de agricultura, ha manifestado lo siguiente: «Este seminario reviste para mí un gran interés. Me consta que existe cierta desconfianza en estos sectores. Soy plenamente consciente de la importancia de la producción de tabaco, aceite de oliva y algodón en determinadas regiones donde se concentran dichos cultivos y cuyo desarrollo económico (en ocasiones) padece cierto retraso. A pesar de todo, el principio de la disociación y la reestructuración es la única alternativa para proporcionar a los agricultores mejores perspectivas de futuro».
Tabaco
«Considero que las propuestas de reforma ofrecen al sector del tabaco crudo un compromiso más que satisfactorio. Siguen permitiendo a los cultivadores alcanzar un nivel de vida estable y equitativo prestándoles apoyo en su condición de garantes de la agricultura de la UE, y no meramente como productores de tabaco. Nuestra propuesta reconoce la importancia de proporcionar apoyo a las rentas y al empleo en las regiones productoras de tabaco crudo. Para la mayoría de las explotaciones, las ayudas actuales serán simplemente transferidas al pago único por explotación y se mantendrán en el 100% de su nivel actual. Ello significa que el empleo de miembros de la unidad familiar, que representa aproximadamente el 80% de la mano de obra total en este sector, seguirá recibiendo ayuda pública, aunque de modo más coherente con la orientación general de la política de la UE en este ámbito. El apoyo a los agricultores permanece. Lo que desaparece es el apoyo al producto», ha afirmado el Sr.Fischler.
Aceite de oliva
“Queremos garantizar que el desarrollo sostenible y la conservación del medio ambiente sean consustanciales a la producción del aceite de oliva. Los olivareros de la UE, gracias a su amplia experiencia y a la notoria calidad de sus productos, estarán en excelentes condiciones para capitalizar la nueva orientación que está adoptando la política agrícola de la UE.
Esta reforma también conlleva una mayor orientación del sector hacia el mercado, y va a reforzar nuestra posición competitiva como líder mundial en la producción de aceite de oliva de calidad, puesto que garantiza a los productores una renta estable. Pero, lo que es más importante, propicia un futuro sostenible para este sector desde el punto de vista medioambiental, social y económico», ha añadido el Comisario.
Algodón
“Para el algodón también se derivan ventajas similares de las propuestas de reforma, cuyo propósito es incorporar al régimen de pago único por explotación parte de la ayuda que recibe en la actualidad este producto, y transformar el resto en una nueva ayuda a la producción que se asignará en función del número de hectáreas. La posibilidad de que los Estados miembros establezcan un nivel de pagos asociados de hasta el 40% es el resultado de una cuidadosa elección. Ello permitirá que el algodón pueda seguir cultivándose con márgenes brutos comparables a los cultivos alternativos. Un nivel de disociación mayor quizás ocasionaría la desaparición de este cultivo en regiones donde desempeña una importante función social, económica y agrícola, mientras que un nivel de ayuda por hectárea notablemente más elevado fomentaría el incremento de las superficies dedicadas al cultivo del algodón, con efectos negativos para el medio ambiente», ha señalado el Sr.Fischler para finalizar.
Antecedentes
El 23 de septiembre de 2003, la Comisión Europea presentó propuestas que contemplan una reforma fundamental de las organizaciones comunes de mercado (OCM) de los sectores del aceite de oliva, el tabaco crudo y el algodón, en consonancia con la reforma de la política agrícola común (PAC) decidida por el Consejo en junio de 2003. Para estos tres sectores, se propone transferir al régimen de pago único por explotación, elemento clave de la futura PAC, una parte significativa de los actuales pagos vinculados a la producción. Al igual que en el caso de la reforma de la PAC decidida en junio de 2003, este pago, así como otros pagos directos, estarán supeditados al respeto de las normas en materia de medio ambiente y de salubridad de los alimentos a través de la condicionalidad.
A fin de propiciar una política sostenible para el sector del tabaco crudo en el futuro, la Comisión propone el desmantelamiento progresivo del régimen actual a lo largo de tres años, la disociación de la actual prima por tabaco, la supresión gradual del Fondo del tabaco y la creación de una dotación financiera para la reestructuración de las zonas productoras de tabaco.
En el sector del aceite de oliva, el 60% de los pagos vinculados a la producción en el periodo de referencia se convertirán en nuevos derechos dentro del régimen de pago único por explotación. Los Estados miembros destinarán el resto a la concesión de un pago directo adicional a los olivares situados en zonas marginales o de bajo rendimiento y a los olivares de interés medioambiental y valor tradicional, así como a la política de calidad.
En lo que concierne al algodón, el 60% del gasto por Estado miembro correspondiente a la ayuda a los productores se convertirá en nuevos derechos dentro del régimen de pago único por explotación, y los Estados miembros destinarán el 40% restante a un nuevo pago directo por superficie a los productores. El saldo con respecto al gasto en el sector durante el periodo de referencia se destinará a la financiación de las organizaciones interprofesionales y la reestructuración de las zonas productoras de algodón.
Se espera que la reforma contribuya a una mejor orientación hacia el mercado, aporte beneficios medioambientales, incremente la competitividad y garantice ingresos más estables a los agricultores, gracias a la mayor eficacia de transferencia de los pagos disociados
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