Relanzar la agricultura en la RD del Congo asolada por la guerra, parcela a parcela

En lugares como las provincias de Katanga y Kivu Septentrional, en la República Democrática del Congo, esta pregunta representa todo un desafío para los gobiernos, las organizaciones cooperantes y los donantes, cuyo impulso inicial es salvar vidas, no medios de subsistencia.

A cinco años de la conclusión oficial de la segunda guerra de la RD del Congo, la paz sigue siendo precaria, sobre todo en el oriente del país. Cientos de miles de personas siguen sin techo, y el 70 % de la población sufre de subnutrición.

Con todo, a pesar de la crisis predominante, cada vez más agricultores congoleses están tratando de reorganizarse para volver a sus tierras.

Clément Vangu-Lutete, Ayudante del Representante de la FAO en la RD del Congo, señala: «La gente nos dice que recibirán las raciones que distribuye el Programa Mundial de Alimentos, pero que lo quieren es producir sus propios alimentos.»

Alain Gallez, representante de los donantes y oficial de desarrollo de la Embajada de Bélgica en Kinshasa, señala el peligro de que la población desplazada dependa de la distribución de raciones de alimentos. «Si se pone a estas personas en una situación de dependencia, tendrán más dificultades para recuperarse cuando se establezca la paz –explica–. Además, alimentar a los desplazados perjudica a los agricultores locales, que se quedan sin mercado para sus excedentes.»

Potencial desaprovechado

«En el Congo la agricultura tiene el potencial innegable de producir suficientes alimentos así como reservas para cuando afrontar las catástrofes», afirma Thomas Kembola Kejuni, Viceministro de Agricultura de la RD del Congo.

Pero de los 6,7 millones de hectáreas de tierras agrícolas del país, sólo alrededor de 1,1 millón están en producción constante. Demasiados agricultores han tenido que abandonar sus tierras para huir de la violencia.

Ahora están regresando. Desde mediados de 2008, 450 000 personas desplazadas han vuelto a la provincia de Katanga, muchas con la intención de reanudar las actividades agrícolas y pesqueras. Kivu Septentrional sigue teniendo un abrumador número de 846 000 personas desplazadas en el interior del país.

Con apoyo de donantes como Bélgica y otros asociados la FAO está ayudando a estos agricultores a restablecer la producción.

Más de 200 miembros del personal de la FAO especializado en emergencias trabajan a partir de 34 oficinas repartidas en el país. Pasan días interminables trasladándose por caminos en mal estado y muchas veces peligrosos, para distribuir semillas, herramientas y ganado, para supervisar las operaciones y a fin de capacitar y alentar a los agricultores y pescadores, a través del programa de la FAO en el país, cuyo valor es de 50 millones de dólares EE.UU. Otros 60 empleados de la FAO trabajan en la oficina de Kinshasa en actividades de desarrollo de un proyecto de 25 millones de dólares EE.UU.

Este programa dio asistencia entre 2005 y 2008 a 370 663 familias, con lo cual atendió a cerca de 1,9 millones de hombres, mujeres y niños de la población más vulnerable del país.

Muchas veces, para lograr que estas personas reanuden las actividades agrícolas y consigan alimentarse, se requieren grandes proyectos y acción en pequeña escala.

«Las empresas grandes no acuden en estas situaciones, por lo cual las actividades agrícolas se deben reanudar a través de los pequeños agricultores. Por eso la Unión Europea apoya la pequeña agricultura», explica Patrick Houben, oficial de proyectos agrícolas y de seguridad alimentaria de la Delegación de la Comisión Europea, que contribuye a financiar las actividades de la FAO.

Los casos presentados en esta serie destacan la situación de algunos de los beneficiarios de esta obra. Todos los protagonistas han afrontado pérdidas y dificultades y, con un poco de ayuda, todos han podido recuperar su autosuficiencia.

FAO

Deja una respuesta