El Parque Natural del Alto Tajo, situado al este de la provincia de Guadalajara, presenta un amplio abanico de hábitats que atesoran cerca del 20% de las especies presentes en la flora ibérica. En julio de 2005, esta comarca alcarreña sufrió uno de los incendios más devastadores de los últimos años, afectando a una superficie de casi 13.000 hectáreas, de las cuales más de 5.000 corresponden al espacio protegido del Alto Tajo.
El Barranco del arroyo Hocino, situado en el interior del Parque y considerado Hábitat prioritario de la Directiva Hábitat y Hábitat de Protección Especial, albergaba un extraordinario bosquete de 120 tejos a lo largo de una superficie de 10 hectáreas.
En Castilla La Mancha, el tejo (Taxus baccata), especie de crecimiento muy lento y prodigiosa longevidad, debe considerarse en situación crítica, dadas las escasas representaciones y el bajo numero de ejemplares. Su presencia en el Barranco del Hocino supone una singularidad botánica de extraordinario interés ecológico. Sin embargo, tras el fuego tan sólo uno de los 120 ejemplares que componían la emblemática tejeda sobrevivió.
Dentro de su programa de Recuperación de Patrimonio Natural, la Fundación Banco Santander realiza desde el año 2005, bajo la dirección técnica de WWF/Adena, con el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla-La Mancha y el ayuntamiento de Riba de Saelices, este proyecto piloto con vocación de modelo exportable a otras zonas devastadas por incendios, destinado a la regeneración integral de este ecosistema altamente degradado.
Para ello, WWF/Adena analiza los posibles brotes de tejo a lo largo del barranco, estudia la cobertura regenerada de las especies acompañantes y acomete el ciclo completo de restauración forestal. Esto es, recolección de material genético, producción de planta en vivero e introducción en el medio. Además, periódicamente realiza labores de seguimiento para evaluar el funcionamiento del proyecto. En total WWF/Adena ha plantado 140 tejos, 170 plantones de especies de ribera, como fresnos, majuelos y sauces, 30 quejigos y unas 50 sabinas.
Según Javier Aguado, Director de la Fundación Banco Santander: “Esta iniciativa persigue recuperar el ecosistema y los valores ambientales asociados y contribuir a mejorar el conocimiento técnico y científico sobre la restauración de ecosistemas singulares incendiados, que pueda ser extrapolable a posibles futuros incendios”.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF/Adena, añadió: “Cada verano el fuego arrasa una superficie media de 150.000 hectáreas, por lo que si no queremos perder todos los años el 0.6% de nuestra superficie forestal es fundamental acometer la restauración de aquellas zonas incendiadas de elevado valor de conservación en las que la regeneración natural no está garantizada”.
WWF/Adena