Esta enfermedad, ocasionada por la bacteria ‘Erwinia amylovora’, es una de las más graves del peral y, en menor grado, del manzano, aunque también puede atacar al níspero y membrillero, y a determinadas plantas ornamentales. El desarrollo de la enfermedad puede ser muy rápido y provoca la muerte del árbol en poco tiempo si la variedad es muy sensible, y, en cualquier caso, produce pérdidas importantes en la producción.
España está considerada en el ámbito territorial de la Unión Europea como zona protegida (ZP) debido a la ausencia de la bacteria. No obstante, en 1995 se apreciaron los primeros focos en Guipúzcoa y en el centro y norte de Navarra, zonas en las que se ha ido extendiendo la enfermedad. Posteriormente, se han erradicado focos en Guadalajara, Huesca, Lérida, Navarra, Guipúzcoa, Segovia y Zaragoza. En La Rioja se habían detectado focos de esta enfermedad en el año 2000, en una parcela de perales de Entrena y el año pasado, en dos plantas ornamentales situadas en una zona ajardinada de Haro.
La detección de este foco ha sido fruto de la campaña anual de prospecciones que realizan los Técnicos de la Sección de Producción Agraria del CIDA en todas las fincas de frutales y zonas ajardinadas urbanas de La Rioja. Así, se apreciaron síntomas sospechosos de fuego bacteriano en un peral de una parcela de perales de Albelda de Iregua y en un acerolo de una zona ajardinada de Nalda, el día 11 de julio. Ese mismo día se tomaron muestras de ambas especies y se llevaron al laboratorio regional de La Grajera, donde se efectuaron los análisis, que resultaron positivos. A continuación se remitieron muestras al laboratorio de referencia del IVIA, en la Comunidad Valenciana, que confirmó los resultados el pasado 17 de julio.
Una vez comunicada la detección del foco a los ayuntamientos de ambos municipios, los Servicios Técnicos de la Consejería han puesto en marcha el protocolo de actuaciones aplicable a estos casos. En primer lugar, se ha realizado una prospección intensiva en un círculo de 1 kilómetro de radio alrededor de los focos detectados. Posteriormente, se analizarán individualmente los árboles comprendidos en esa zona para conocer su grado de afección y finalmente se procederá a arrancar todas las plantas afectadas. La destrucción de las mismas se realizará mediante quema controlada supervisada por la Dirección General de Medio Natural.
Los síntomas de la enfermedad se manifiestan de diversas formas: en ramilletes florales, por un ennegrecimiento y aspecto aceitoso; en los brotes, por un
curvado del extremo en forma de cayado y un ennegrecimiento, que puede afectar a la madera de dos años e incluso a ramas principales y tronco, y en el interior de la corteza de la madera, donde se observan zonas rojizas antes del oscurecimiento natural de los tejidos.
Asimismo, con tiempo húmedo, en las zonas atacadas pueden aparecer unas gotitas de color blanco-amarillento formadas por un líquido espeso. El árbol puede ser atacado totalmente o sólo una parte, adquiriendo un aspecto como si hubiera sido quemado por fuego, de ahí su nombre común de ‘fuego bacteriano’.
Actualmente no se conoce ningún producto químico que sea suficientemente eficaz pero, debido a la importancia de la enfermedad, su control y erradicación está regulada por el Real Decreto 1201/1999, en el que se contempla el arranque y destrucción de los árboles afectados y todos aquellos que estén en un radio de 10 metros con el fin de erradicar los primeros focos y evitar que se extienda.
La enfermedad puede trasmitirse a través de árboles infectados en vivero, pájaros, viento, lluvia, riego por aspersión, insectos polinizadores, tijeras de poda, etcétera.
Para evitar la extensión de la enfermedad es muy importante erradicar los primeros focos. Por este motivo, es necesaria la colaboración de todas las personas que observen algunos de los síntomas descritos comunicándolo a la Sección de Producción Agraria (Tl. 941-29 13 15) o a cualquier Centro Oficial de La Rioja.
Gobierno Rioja