Unións Agrarias (UU.AA.) reeligió ayer en Santiago a Roberto García secretario xeral del sindicato por cuarta vez consecutiva con el respaldo mayoritario de los 200 delegados. El sexto congreso de la organización sirvió para avalar la gestión de la anterior ejecutiva, que ayer defendió que UU.AA. es ahora un sindicato más grande, más consolidado y más vertebrado en el conjunto de la comunidad gallega.
Roberto García explicó ayer que estos últimos cuatro años han sido especialmente duros, con muchos problemas. Y sobre todo, dijo, cuando la Xunta le ha dado la espalda a la mayoría de los ganaderos gallegos. «Levamos catro anos convivindo cun goberno que non dialoga», sostuvo Roberto García, quien relacionó esta actitud de la Xunta con la ausencia en el congreso de UU.AA de Juan Miguel Diz Guedes, el conselleiro de Agricultura, que estaba invitado y que no acudió a la cita.
Liderazgo
El máximo responsable de UU.AA adelantó ayer que el trabajo de esta organización tratará de dignificar la profesión del agricultor gallego y añadió que nunca permitirán que tengan derechos y servicios de segunda clase. «Este sector tiene que dejar de ser el único de la economía española que no sea capaz de poner precios a sus productos». Para ello, Roberto García demanda una mayor voluntad negociadora entre las industrias y los productores con el fin establecer precios más competitivos.
«No puede ser que el ritmo de cierre de explotaciones sea el que es sin que se aporten soluciones reales desde la gestión pública». Según confirmó ayer el nuevo secretario general del sindicato, UU.AA insistirá en que permanezca un régimen especial agrario para los trabajadores del campo porque «la reforma introducida por Trabajo es, de hecho, negarle la cobertura social a muchos agricultores». Roberto García insistió durante su comparecencia en que todo el sector agrario gallego padece una honda crisis en muchos sectores, como es el caso de la uva, la leche, el pollo y la patata, áreas en las que la caída de precios ha colocado en una situación a miles de familias. «No puede ser que yo, en ocho años, me haya reunido más veces con el ministro de Agricultura que con el conselleiro de la Xunta; hay que apostar por el diálogo y la normalidad democrática», sentencia Roberto García.
UPA