El estudio, publicado en Conservation Biology, analiza la evolución del conocimiento ecológico tradicional entre 198 informantes de tres generaciones de ganaderos y agricultores de ocho pueblos situados en las proximidades del Espacio Natural Doñana, entre las provincias de Huelva y Sevilla. El trabajo identifica una ruptura en el hilo de transmisión de conocimiento en la década de 1970, cuando las políticas de desarrollo y la integración en el mercado llevaron a la intensificación de la producción y a un progresivo abandono de las prácticas de manejo tradicionales. El trabajo, muestra, no obstante, una notable preservación del conocimiento ligado a la ganadería, una actividad con fuertes vínculos a la cultura local y cuya práctica en régimen extensivo es permitida dentro de los espacios naturales protegidos de Doñana. Los investigadores concluyen que mientras las actividades del campo no se relocalizen y sigan sometidas a las presiones de mercados de gran escala, las políticas conservacionistas pueden ser una de las pocas formas de preservar los saberes ecológicos tradicionales a corto plazo.
Doñana es producto de una interacción milenaria entre ser humano y naturaleza. Pese a su prologado uso por los humanos, este lugar ha llegado a nuestros días como un emplazamiento único en biodiversidad, presentándose como un caso ejemplar de evolución armónica entre sistemas ecológicos y sociales. Sin subestimar la importancia de una baja presión poblacional, dicha armonía ha sido posible gracias al conocimiento desarrollado por los habitantes locales tras siglos de adaptación de sus sistemas productivos a las condiciones ecológicas locales. El conocimiento local venía siendo trasmitido entre generaciones por tradición oral hasta que ha dejado de ser funcional a los requisitos de productividad a corto plazo exigidos por la integración agropecuaria en mercados de gran escala.
El estudio sugiere que el conocimiento tradicional debería jugar un papel fundamental en las políticas de conservación de los paisajes mediterráneos. “Si no las actividades tradicionales se verán atrapadas entre la espada del desarrollo y la pared de la conservación” señala Erik Gómez-Baggethun, de la Universidad Autónoma de Madrid. Además, el trabajo enfatiza el valor del conocimiento tradicional en la gestión sostenible de recursos naturales y la preservación de la biodiversidad y señala la necesidad de tomar medidas para frenar su desaparición en los países desarrollados. “No es necesario irse al Amazonas para recopilar conocimiento ecológico tradicional, éste se muere día a día en nuestros pueblos” concluye el mencionado investigador.
SINC