Según las estimaciones de la UPA, durante estos 27 días de huelga se han dejado de producir más de 44 millones de pollos, lo que supone unas pérdidas acumuladas de más de 34 millones de euros.
Tras la reunión mantenida anoche entre los representantes de las empresas integradoras y responsables de UPA, las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre la necesidad de contar con un contrato tipo homologado que regule las relaciones entre los criadores de pollos y las empresas integradoras, podría poner fin a la huelga que mantienen los granjeros de pollos de las zonas de producción más importantes de España.
El contrato tipo homologado era el punto más importante que quedaba por desarrollar dentro del Acuerdo Marco firmado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), las empresas integradoras y el propio Ministerio de Agricultura, el 27 de marzo de 2001, y ha sido el detonante de la huelga general iniciada hace ya cuatro semanas.
En las negociaciones iniciadas ayer se planteó la necesidad de elaborar de forma urgente un documento técnico que sirva de base para formalizar el contrato tipo homologado. En el contrato se especificarán aspectos fundamentales como las condiciones sanitarias de los pollitos de cría, la calidad de los piensos, el índice de mortalidad de los pollos o el periodo de crianza de las camadas, reivindicaciones históricas del sector productor.
La Unión Sectorial Avícola de UPA celebrará una reunión en los próximos días para analizar la nueva situación creada ante el inicio de las negociaciones y será entonces cuando se tome la decisión de seguir con la huelga general hasta que se firme el contrato tipo homologado o en su caso desconvocarla, si esta postura ayuda a una solución más rápida del conflicto.
Según las estimaciones de UPA, en los 27 días de huelga se han dejado de producir 44 millones de pollos y las pérdidas suman ya los 34 millones de euros. El fin del conflicto daría garantías de continuidad económica a un sector que en España cuenta con 5.000 explotaciones avícolas que generan 37.500 puestos de trabajo. En España se sacrifican una media de más de 660 millones de pollos al año, con una producción de 1,4 millones de toneladas de carne, lo que representa el 13,5% de la Unión Europea y una facturación de 1.200 millones de euros.
UPA