Estas últimas pruebas están dirigidas a contrastar los datos obtenidos en análisis anteriores sobre la transmisión de la vacuna en campo, minimizando para ello los riesgos de aparición de enfermedades durante el proceso y, de este modo, evitar la invalidación de las pruebas de campo tal y como había ocurrido en el 2009 en Portas (Pontevedra).
Por ahora, se ha avanzado en la constatación de la seguridad individual (para cada uno de los conejos) y ambiental (segura también para sus predadores) de la vacuna ISPANVAC. Se sabe que el cien por cien de los conejos vacunados quedan protegidos frente a desafíos letales con el virus mixoma o el virus RHD durante más de un año, lo que permitirá a esos conejos la cría de las camadas habituales en ese periodo. La vacuna es estable durante más de dos años y medio en almacenamiento con refrigeración.
A finales de este año se podrá disponer de información suficiente para conocer el grado de transmisión de la vacuna en campo, última de las pruebas previstas en el marco de este proyecto que, de resultar adecuado, proporcionaría el impulso necesario para la elaboración de la documentación a presentar a la Agencia Europea del Medicamento (EMEA), organismo que debe autorizar el uso de esta vacuna.
INIA