Amigos de la Tierra publica la localización exacta de los campos transgénicos experimentales que se han solicitado en España en 2011. Esta información, encubierta por el Gobierno hasta una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia, fue publicada por primera vez en 2010 y ha supuesto una reducción en los experimentos realizados por las multinacionales en España. En 2011, una empresa italiana ha solicitado autorización para cultivar arroz transgénico con genes humanos en Vinaròs, Castellón.
España ha acogido el 42% de todos los experimentos con transgénicos al aire libre que se han realizado en la Unión Europea en los últimos años, una actividad con elevados riesgos ambientales y sanitarios. La ocultación de su localización exacta por parte del Gobierno ha convertido a España en el campo de experimentación de las multinacionales del sector. Mientras el resto de países europeos publicaban esta información en páginas web oficiales, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) se ha resistido a facilitar estos datos incluso después de la sentencia.
David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra afirmó: “El acceso público a esta información es un claro avance en la transparencia sobre transgénicos. La posibilidad de que vecinos y agricultores puedan protegerse de la contaminación y ejercer cierto control social sobre las medidas de seguridad que deben adoptar estos campos es fundamental. Especialmente teniendo en cuenta la falta de control por parte de las administraciones públicas”.
El MARM ha sido incapaz de responder a las demandas de Amigos de la Tierra sobre las pruebas acerca del control de estos ensayos experimentales, e incluso reconoció en la última reunión del Comité de Participación sobre transgénicos que no se estudia la contaminación en las parcelas contiguas. La lectura de las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad demuestra la grave falta de control sobre estos experimentos.
“Existen ya varios casos de cultivos transgénicos experimentales que han terminado contaminando la cadena alimentaria a escala mundial. Liberar transgénicos al medio ambiente es un riesgo que no podemos asumir. Si no ponemos freno, las multinacionales seguirán utilizando a España como campo de experimentación”, añadió Sánchez.
En 2011, Transactiva, una empresa Italiana, ha solicitado permiso para cultivar al aire libre un arroz con genes humanos en Castellón. El objetivo es obtener unas enzimas para el tratamiento de la enfermedad de Gaucher.
“La producción de enzimas para el tratamiento de esta enfermedad se realiza en cantidades suficientes en ambientes confinados, evitando riesgos para el medio ambiente y la salud. Obtener estas enzimas a partir de plantas puede producir reacciones alérgicas en los pacientes, y los riesgos si este arroz contamina cultivos alimentarios son demasiado elevados. El Ministerio debe rechazar este experimento, ya que su objetivo es puramente comercial, y plantea un riesgo inaceptable para la salud pública”, declaró el responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra.
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