Se regulará la pesca profesional en la Isla de Tabarca

El Consejo de Ministros ha autorizado la suscripción de un convenio de colaboración entre la Secretaría General de Pesca Marítima (SGPM) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), para el control, seguimiento y análisis de la pesca profesional en la reserva marina de la Isla de Tabarca, situada en el Mediterráneo, en la provincia de Alicante, frente al Puerto de Santa Pola y a unas 3 millas de la costa. El presupuesto del convenio asciende a 180.303 de los que 144.242 serán asumidos por la SGP, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el resto por el IEO, organismo autónomo del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En la actualidad, la pesca marítima profesional, de tipo artesanal, que tiene lugar en la reserva marina de la Isla de Tabarca, es una de las actividades de mayor relevancia que se desarrolla en dicho espacio protegido. Por ello, en el texto del convenio se expresa la necesidad de que se establezca un seguimiento a largo plazo (monitorización) que permita conocer la evolución de las capturas en la reserva y su entorno.

Posteriormente, el convenio contempla el análisis del efecto del establecimiento de la reserva marina en el esfuerzo pesquero artesanal (caracterización). El convenio surtirá efectos a la fecha de su firma, autorizada hoy por el Consejo de Ministros, y será válido hasta el 28 de diciembre de 2004. Está previsto mantener una ronda de reuniones con los pescadores del sector de las cofradías afectadas, para contar con su colaboración directa en el seguimiento de su actividad y su opinión.

La reserva marina se extiende sobre 1400 hectáreas, que rodean la isla de Tabarca, y fue creada en 1986, siendo sus aguas responsabilidad compartida en un 60 y un 40 por ciento por la Administración central y autonómica, respectivamente. Los recursos de interés pesquero son abundantes: entre las especies de fondo los serranos, meros, congrios, morenas y salmonetes, entre otras, estando las especies nadadoras bien representadas por salpas, corvas, chirretes, doradas y seriolas

Los fondos de la Reserva Marina oscilan entre los 0 y 40 metros de profundidad, encontrándose sustratos rocosos y arenoso-fangosos en los que crece la planta marina Posidonia oceánica. La pradera de esta planta acuática, en regresión en otras zonas del Mediterráneo, presenta en Tabarca un óptimo estado de salud: es extensa y densa, ofreciendo alimento y refugio a múltiples especies de invertebrados como la nacra, actualmente rara, y vertebrados, directa o indirectamente implicados en las pesquerías locales.

Se ha designado una zona de máxima protección (reserva integral) en el extremo oriental de la Reserva, por fuera del islote de la Nao. En el resto de la reserva se autorizan las pescas profesionales al currican (en aguas interiores se permiten igualmente con chambel y caña). Igualmente se permiten pescas artesanales con las morunas (trampas de red típicas de la zona y que se calan en número de doce, durante determinados meses). El buceo autónomo requiere autorización mientras que la pesca submarina está prohibida.

GESTIÓN

La gestión de esta Reserva Marina se comparte entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (a través de la Secretaría General de Pesca Marítima) y la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Generalidad Valenciana. Desde la creación de la Reserva Marina, el Ayuntamiento de Alicante ha colaborado activamente en la gestión de la Reserva Marina en aspectos relativos a la vigilancia en tierra, divulgación y voluntariado.

La Secretaría General de Pesca Marítima ha adquirido tres embarcaciones para la vigilancia y viene contratando desde 1991 los servicios de vigilancia. Asimismo, dispone de una embarcación de apoyo para muestreos científicos y se han suscrito varios convenios (con la Universidad de Alicante, con la Fundación Universidad-Empresa de Alicante, con el Instituto de Ecología Litoral de El Campello) para la realización de estudios y puesta a punto de un sistema de monitorización de la reserva marina mediante cámaras submarinas y seguimiento del estado de la pradera de Posidonia oceánica a través de voluntariado ambiental, mientras en actividades de divulgación se han editado carteles, trípticos, vallas y un vídeo.

MAPA

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