La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez, aclaró ayer que aprovechó la reunión del Consejo Consultivo del pasado lunes para plantearle a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, la situación por la que atraviesa el sector del ajo y solicitarle la aplicación de medidas de apoyo al sector. Estas declaraciones se produjeron en respuesta a los medios de comunicación tras la reunión mantenida con el sector vitivinícola para estudiar los Estatutos de la Fundación para la Promoción del Vino.
Mercedes Gómez anunció que la ministra de Agricultura se ha comprometido a remitir un documento donde se incluirán las posibles acciones, que será estudiado por la Consejería de Agricultura.
A juicio de la consejera de Agricultura, los principales problemas del sector del ajo son las importaciones sin suficiente control de ajos procedentes de países terceros –sobre todo de China- y el planteamiento de una reducción de aranceles. Para solucionarlos, “se necesitan unas políticas que sobrepasan a la comunidad autónoma”, que por su parte ya tiene establecidas ayudas a este cultivo.
Por otra parte, Mercedes Gómez calificó de “desastrosa” la propuesta de reforma de la OCM del azúcar, además de “innecesaria en estos momentos” porque la regulación actual finaliza en junio de 2006.
Para la consejera de Agricultura, “este proyecto puede provocar la desaparición del cultivo en los países tradicionales de producción y hará que sólo se mantenga en Francia y Alemania, que son los más excedentarios”. Respecto a Alemania, Mercedes Gómez subrayó que este país utiliza además ese exceso de producción para añadir azúcar al vino y aumentar su grado alcohólico –la conocida chaptalización-, una práctica que supone una competencia desleal para la producción de vino de regiones como Castilla-La Mancha.
Las medidas más conflictivas planteadas por la Comisión Europea son la reducción de cuotas de producción, la bajada de precios y la posibilidad de transferir cuotas entre empresas de diferentes países comunitarios.
JCCM