WWF no juzga si el conflicto actual entre Ucrania y Rusia sobre el suministro y los precios del gas se justifica o no, pero sí cree firmemente que se tiene que poner un freno a la dependencia europea de este combustible. Todo ello a través de medidas ambiciosas de ahorro energético y fomento de las energías renovables y tecnologías bajas en carbono. De hecho, la UE importa de Rusia unos 100 millones de toneladas equivalentes de petróleo de este recurso, que suponen un cuarto del consumo total de gas natural. Hasta la fecha, WWF ha apoyado el consumo de esta fuente de energía como alternativa lógica a medio plazo frente a otros combustibles altamente contaminantes, como el carbón y el petróleo.
«La política rusa de suministro de gas supone un alto riesgo, ya que puede minar la confianza de la opinión pública en este combustible bajo en carbono. Es hora de reconsiderar el papel que desempeña el gas natural como combustible puente hacia el desarrollo de un sistema energético sostenible”, afirma Stephan Singer, Director de Política Energética de WWF Internacional en Bruselas. «No podemos fomentar más el consumo de un combustible que algunos países y ciertas empresas usan como arma contra los consumidores».
Por el contrario, WWF apoya con rotundidad el desarrollo inmediato de legislación sobre eficiencia energética en edificios y el fomento de las energías renovables en el sector eléctrico. Europa está revisando en la actualidad la directiva sobre el Rendimiento Energético de los Edificios, que tiene por objetivo reducir el consumo energético de todos los edificios en la Unión Europea. «Esta es una muy buena oportunidad para reducir el uso energético en una cuantía similar al gas importado de Rusia», afirma Arianna Vitali, Técnico en Ahorro Energético en Edificios de WWF en Bruselas. «A largo plazo, contando con requerimientos energéticos más estrictos para los edificios, podríamos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles aún más y al mismo tiempo disminuir las emisiones de CO2 en 460 millones de toneladas anualmente – lo que supone cerca del 10% de la contaminación climática total en la Unión Europea».
En relación al sector eléctrico, WWF apoya un fuerte incentivo a gran escala de las energías renovables. «Esta crisis de suministro de gas natural no debería llevar a consagrar como combustibles seguros al carbón y a la energía nuclear. Esta crisis supone una gran oportunidad para la Unión Europea para apostar por un desarrollo sustancial de las energías limpias autóctonas tales como energía eólica, solar y biomasa en lugar de depender del gas natural como combustible puente”, añade Mar Asunción, Responsable de Cambio Climático de WWF España
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