Seguridad Alimentaria en Portugal

Con objeto de establecer una relación de confianza y transparencia entre los consumidores y las autoridades oficiales con responsabilidades en seguridad alimentaria, el Ministerio portugués de Agricultura ha divulgado recientemente un balance de las acciones de inspección y control alimentario realizadas por sus servicios en el pasado año 2003. Las acciones de inspección cubren todo el circuito alimentario. Como muy gráficamente ha expresado el Secretario de Estado Adjunto, en un extenso artículo publicado en la prensa, las acciones de inspección van desde “el prado al plato “.

Estas acciones abarcan explotaciones agrarias, mataderos, lonjas, industrias, puestos fronterizos, restaurantes, etc.

En estas inspecciones han participado varios servicios del ministerio y los laboratorios centrales y regionales. En total han colaborado mil quinientos funcionarios, se han realizado unas 130.000 análisis de laboratorio y el coste ha superado los 100 millones de euros. Como consecuencia de estas acciones de inspección y control se han instruido cerca de 7.500 procesos sancionadores, que han dado lugar a sanciones, decomiso de mercancías, cierre de establecimientos, etc.

El Secretario de Estado, en su artículo, sale al paso de que en los medios de comunicación social, cuando aparecen situaciones irregulares relativas, por ejemplo, al uso de sustancias prohibidas o a la aparición de enfermedades animales, se achacan a una falta de control y de inspección alimentaria. Es un mensaje peligroso, ya que se puede generalizar entre los consumidores una idea de inseguridad alimentaria y de riesgos exagerados, sin embargo la realidad es que aparecen esas situaciones irregulares precisamente porque existe la inspección y el control. Si hubiera menos acciones de inspección y control se detectarían menos situaciones irregulares o de riesgo alimentario.

Hay que comentar que, con referencia a la EEB en Estados Unidos, para seguir la enfermedad y mantener la confianza de los consumidores, las autoridades americanas decidieron proceder a exámenes por muestreo sobre animales con más de 30 meses, habiendo así analizado 30.000 animales sobre un efectivo de más de 35 millones. En el mismo sentido, las autoridades suizas optaron por examinar entre el 10 y el 14% de los animales con más de 30 meses. Sin embargo, en la Unión Europea es obligatorio analizar todos los animales con más de 30 meses que sean sacrificados para consumo. De esta forma sólo en Portugal se hicieron más de 82.000 análisis en 2003.

Para el Secretario de Estado estos ejemplos conducen a una realidad inequívoca: los europeos vivimos en el espacio más seguro de todo el mundo en términos de seguridad alimentaria. De facto, en ningún otro espacio, existe una reglamentación tan exigente y tan rigurosa como en la Unión Europea en materia de prevención, de control sanitario, de prácticas alimentarias y de inspección, lo que no siempre es valorado debidamente por los consumidores

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