En estos informes se incluye el estudio elaborado en 2001 por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) sobre la presencia de metales pesados en pescados y mariscos de interés comercial. El estudio se realizó sobre más de 50 especies en diferentes caladeros del mundo donde opera la flota pesquera española.
Todas las muestras analizadas por el IEO fueron obtenidas en aguas internacionales, fuera de las 200 millas, donde el riesgo de contaminación por actividades humanas es menor. En 2002, este estudio fue ampliado a las especies marrajo, tiburón y pez espada.
El objetivo del estudio consistió en aportar información a las autoridades sanitarias de la Comisión Europea para marcar los límites de seguridad en el consumo de productos de la pesca.
En base a los diferentes estudios y análisis realizados a lo largo de varios años, los organismos nacionales, comunitarios e internacionales de salud pública aseguran que los beneficios de consumir pescado son muy superiores a los riesgos, incluso entre los niños en edades más sensibles. En este sentido, las distintas Administraciones y organismos recomiendan consumir, al menos, dos raciones de pescado semanales.
Así, la Unión Europea lleva a cabo tres acciones concretas:
-establecer unos límites máximos de presencia de metales pesados en productos pesados en productos pesqueros y llevar a cabo un control permanente de la cadena comercial.
-Realizar recomendaciones al consumidor a través de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA).
-Fomentar el consumo de pescado graso.
En España se aplica el modelo de la Unión Europea. Los ciudadanos reciben información tanto de los beneficios del consumo como de los riesgos de la ingesta de metales pesados, como el mercurio, a través del pescado. Esta información es facilitada por la Agencia de Seguridad Alimentaria que incluye en su página web tanto la recomendación de la EFSA como una guía de la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, el MARM colabora con la Agencias de Seguridad Alimentarias española y europea (AESAN y EFSA) y participa en los grupos de trabajo del Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y Sanidad Animal, donde se fijan los contenidos máximos de los contaminantes en los alimentos.
Las Autoridades Competentes en el control sanitario aseguran la presencia en el mercado sólo de aquellos productos que cumplen rigurosamente con los límites máximos establecidos en relación con la presencia de contaminantes, retirando aquellos que superen los mismos.
MARM