Los ponentes Luvuyo Mabombo de Sudáfrica, Mauricio de Sá Ferraz de Brasil y Miguel Vela de España así como también el profesor Harald von Witzke de la Universidad de Humboldt y a Jacques du Puy, Presidente de ECPA analizaron, entre otras, las políticas de seguridad alimentaria, la crisis en el precio de los alimentos y la sostenibilidad de la agricultura.
«Fruit Logistica es la feria de productos frescos más grande del mundo», dijo el anfitrión, Jacques du Puy. «Sin duda, se trata del lugar más apropiado para debatir la política agrícola europea. No es sino un microcosmos del mundo de la agricultura productiva, el mejor testimonio de lo que la ciencia y los agricultores profesionales pueden alcanzar. »
El profesor von Witzke inició el debate con datos sobre el descenso de la productividad agrícola en Europa. «La realidad agrícola europea muestra una tendencia descendente de la productividad y por tanto, un aumento de las importaciones», dijo von Witzke. Así se lo confirma un reciente informe de la OCDE-FAO Agricultural Outlook 2010-2019, que estima un crecimiento positivo en la producción de alimentos en los próximos diez años en todas las regiones agrícolas de niveles que van desde un 15 a un 40%, y frente al cual, la producción neta de la agricultura en la UE-27 crecerá menos de un 4%. La razón principal, las estrictas políticas llevadas a cabo. Hay que señalar, que hoy en día, Europa ya es el mayor importador mundial de alimentos, por tanto, esto le hará innecesariamente más dependiente de importaciones de terceros países. Mientras tanto, la demanda de alimentos sigue creciendo (se necesitarán un 70% más para el año 2050, según datos de la FAO) y los precios siguen subiendo.
Pero hay más en juego. Von Witzke demostró que esta reducción de productividad en Europa ha llevado a una rápida expansión de las tierras destinadas a cultivo en terceros países. Los datos reflejan que un área del tamaño de Alemania ya está al servicio de Europa en países en vías de desarrollo, fenómeno que la OCDE-FAO denomina «apropiación de tierras», y que no sólo desvía el suministro local de alimentos y desestabiliza los precios, sino que también puede acarrear una mayor destrucción de selvas tropicales y otros hábitats naturales en el extranjero para convertirlos en superficies de cultivo que cubran nuestras necesidades alimentarias. Von Witzke recordó que la deforestación debido al aumento de tierras de cultivo es una de las consecuencias más severas de la agricultura, afectando las emisiones de gases de efecto invernadero y la destrucción de la biodiversidad.
«Europa no está alimentando al mundo, el mundo alimenta a Europa. Para hacer frente a los retos del futuro, es necesario invertir en investigación y utilizar de una manera sostenible toda la tecnología y ciencia que está a nuestro alcance. El mundo pide a gritos otra revolución verde, con el objetivo en esta ocasión, de alcanzar una mayor y más sostenible producción de alimentos. »
En respuesta al análisis de von Witzke, Miguel Vela de la Federación Española de Asociaciones de Productores y Exportadores de Frutas (FEPEX), dijo: «En España necesitamos una política agraria más orientada a mejorar la competitividad de las explotaciones con el fin de incrementar la calidad y la productividad. Las prohibiciones de la UE de productos fitosanitarios no nos están ayudando a competir con los productores de otros lugares del mundo que sí utilizan estos tratamientos para el mercado europeo. O sea que, por un lado las políticas europeas han promovido una cultura de importación y dependencia y por otro, niegan a los agricultores lo que necesitan para competir en igualdad de condiciones. La Comisión debe volver a evaluar las políticas agrarias y rurales de una manera coherente y respaldar a sus productores. »
Todos los panelistas coincidieron en que un exceso de regulación por parte de las cadenas de supermercados europeas estaba causando graves consecuencias entre los productores. Hicieron un llamamiento a la UE a actuar para armonizar las normas. Luvuyo Mabombo, consejero delegado de exportación de productos perecederos (PPECB), en Sudáfrica comento: «los países exportadores no sólo deben luchar para mantenerse al día con los últimos estándares en Europa, como por ejemplo los que se refieren a las semillas transgénicas o a la sanidad vegetal, sino que también tienen que hacer frente a las múltiples exigencias de las cadenas de supermercados que cuentan con sus propias restricciones. Esto hace extremadamente difícil que podamos producir de una manera eficiente y de alta calidad. La UE debe actuar para detener esta práctica sin sentido y armonizar los reglamentos. »
Por su parte, Maurício de Sá Ferraz, Director Ejecutivo del Instituto Brasileño de Frutas (IBRAF) señaló: «En Brasil trabajamos por una mayor producción de frutas y hortalizas aplicando tecnología más avanzada. Sabemos que el camino a seguir es ser más productivos de una manera sostenible. Las políticas europeas también deben adoptar este objetivo si quiere que su compromiso sea creíble. En este momento parece que Europa está ‘importando alimentos’ y ‘exportando problemas’. » , añadió.
Du Puy concluyó la sesión reafirmando el compromiso de la industria con la sostenibilidad y la productividad. «La reciente crisis en el precio de los alimentos es una consecuencia directa de nuestra dependencia de las importaciones. Podemos ayudar a Europa a estar a la cabeza del mundo mediante un uso racional de los avances científicos, una mayor inversión en la productividad y un adecuado programa de educación y formación para los agricultores, todo ello bajo criterios de sostenibilidad. Estos son los pilares de nuestro de nuestro plan de trabajo”.
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