«Si fuese español insistiría más en el peso de la agricultura en el futuro de este país»

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AgroNegocios.- La preocupación por la situación actual de la agricultura y la ganadería es compartida en España y en Francia, igual que en otros países de la UE, ¿cuál es su receta para que el sector primario recupere la rentabilidad en Europa?

Bruno Delaye.- Desgraciadamente no hay recetas, si tuviéramos una formula mágica no estaríamos en esta situación crítica para buena parte de la agricultura europea, y en particular la de nuestros dos países.
Hay que seguir defendiendo el modelo de producción europeo, el carácter estratégico de nuestra agricultura, para conseguir apoyos y dar un futuro a este sector. Eso es el objetivo que defendemos cada día a nivel comunitario.
La rentabilidad depende de muchos factores, en primer lugar la diferencia entre los costes de producción y el precio pagado a los productores; en un mercado cerrado, o protegido, la diferencia es positiva, y la rentabilidad no se puede discutir. Pero no es el caso en un mundo ahora globalizado y abierto; por eso, hemos defendido el principio (y su aplicación) de la preferencia comunitaria, respetando las reglas internacionales de la Organización Mundial del Comercio, para que la agricultura tenga futuro en Europa.
Si miramos a la política agraria de EE.UU., con ayudas contra-cíclicas a la producción (es decir ayuda al productor cuando los precios son bajos, ninguna ayuda en el caso contrario), debemos constatar que hay mucho que hacer, y sobre todo que no debemos tener miedo a la hora de apoyar y defender a nuestra agricultura.

AgrN.- Francia ostenta desde el pasado mes de noviembre la Presidencia del G-20 ¿Cuáles son los puntos principales de la propuesta francesa al G-20 para combatir la extrema volatilidad de los precios de los alimentos?

B.D.- Información y transparencia son la clave. Que todo el mundo sepa exactamente cuál es la situación de la oferta y la demanda. Se dicen muchas barbaridades que provocan especulación. De momento, está previsto que el año próximo crezca también la oferta, pero los precios se han disparado creando un nivel de alerta grave. Esto puede provocar consecuencias políticas y sociales muy dañinas en muchos países y puede afectar a la recuperación económica en Europa, al estar provocando inflación. Si regresa la inflación, puede provocar subida de los tipos de interés, como vemos actualmente, y hay que controlar este tema, aunque sea complicado.
Países como Brasil o Argentina a los que ahora les va bien a nivel de exportaciones mañana si el mercado va por otro lado son los primeros en quejarse. Por eso hay que poner un poco de orden en todo esto y un sistema en el que todo el mundo gane.

AgrN.-. La propuesta de su Gobierno para la regulación de las materias primas y evitar una volatilidad excesiva de los precios se presentó en la reunión del G-20 de los pasados 19 y 20 de febrero, pero no hubo avances en su discusión. ¿Se tiene que madurar más en niveles técnicos para que suceda esto?

B.D.- Creo que sí, es precisamente por eso que vamos a tener muchos encuentros para preparar el G-20 agrícola (reunión de Ministros en junio); además, la reunión de febrero tenía un orden del día bastante amplio, con temas generales de gobernanza, criterios económicos…
Hay que precisar que Francia ha iniciado este debate sobre la volatilidad de materias primas al nivel del G-20 ya en el verano de 2010, cuando todavía no se había registrado un incremento tan fuerte de los precios.
Dicho de otra forma, la idea no era actuar para solucionar un problema urgente, sino prevenir este fenómeno de volatilidad y asegurar el futuro alimentario del planeta, sabiendo que casi un cuarto de la población mundial no tiene acceso a sus necesidades alimentarias primarias.

AgrN.-¿Cuál cree que puede ser el papel de Naciones Unidas en este ámbito?

B.D.- Asegurar la alimentación de la población mundial es uno de los papeles esenciales de la ONU. Concretamente, dos organismos dependientes de la ONU están activamente implicados en el G-20 agrícola: la FAO (Organización para la alimentación y la nutrición) y la HLTF («High Level Task Force») creada en 2008 para reflexionar y dar orientaciones para luchar contra el hambre. De hecho estos dos organismos actúan en sinergia para proponer actuaciones concretas a los ministros de Agricultura del G-20.

AgrN.-. La Comisión Europea, a través del comisario de Mercados Interiores, Michel Barnier, ha apoyado también que el G-20 contribuya a una regulación más estricta del mercado de materias primas, reforzando la transparencia y la supervisión de los mercados de derivados sobre las mismas y ligando todo esto con la necesidad de mayores garantías de seguridad alimentaria y frente al hambre en el mundo. ¿Va este apoyo en la línea de trabajo planteada por su presidente, Nicolás Sarkozy?

B.D.- Desde luego, estamos trabajando de forma muy estrecha con la Comisión Europea, que también participa en todos los grupos del G-20. Además, Michel Barnier era ministro de Agricultura en Francia en 2008, cuando ocurrió la primera crisis alimentaria a nivel mundial. Este tema le preocupa mucho, así que le puede dar un impulso clave a nivel de la UE.

AgrN.- Algunos países emergentes, como Argentina y Brasil, grandes productores de materias primas alimentarias, pero también otros grandes consumidores, China e India, se oponen a cualquier regulación que suponga limitar el comercio o incluso que permita conocer con mayor transparencia las reservas alimentarias de cada país. ¿Qué opina Francia ante este temor expresado por los países terceros?

B.D.- En primer lugar, hay que precisar que la regulación no se opone al comercio mundial de materias primas; en la OMC hablamos de regulación, sobre acceso a mercados, sobre normas, sobre aranceles, todo eso es regulación. Es verdad que el término regulación puede tener muchas acepciones, pero en el G- 20 hablamos de regular más los mercados de productos derivados para impedir la especulación. Luego, se puede entender que cada país, en particular los emergentes, Brasil, India, China y Rusia (incluso Sudáfrica), es decir los BRICS, con una población muy importante, quiera proteger las capacidades de abastecimiento de su población. Fue por ejemplo el caso del verano de 2010, cuando Rusia impidió la exportación de sus cereales.
Pero hay que sobrepasar estas tentaciones proteccionistas, vivimos en un mundo abierto, globalizado, no podemos ir atrás; y eso lo entienden los países terceros cuando se trata de acceder a mercados lucrativos como los de la UE, de EE.UU. o de Japón.
El enfoque es coordinar las políticas y las reglas para que, al final, todos puedan sacar ventaja del mercado mundial, y sobre todo que podamos juntos asegurar el abastecimiento alimentario mundial.

AgrN.- ¿Qué espera Francia de la reunión que mantendrán los ministros de Agricultura de la UE en mayo próximo, cuando se profundice más en el objetivo de la propuesta francesa sobre la necesidad de mejorar la regulación de las materias primas?

B.D.- Ya estaremos contentos con que se abra el debate, con que se empiece a hablar de los problemas de los que a la gente no le gusta hablar. Esto genera también un papel nuevo para la FAO y por eso apoyamos la candidatura del ex ministro Moratinos como futuro director general, en una alianza hispano-francesa. Tiene todas las calidades políticas, como la capacidad de aglutinar y crear consenso a su alrededor. Y ojalá que en junio sea elegido al frente de la FAO.

AgrN.- ¿Cómo explica la gran penetración de los productos franceses en el mercado mundial frente a la escasa presencia de los productos españoles?

B.D.- Las cifras no reflejan esto. España creo que puede estar muy orgullosa del éxito de su agricultura y de la penetración de sus productos en los mercados internacionales, comenzando por Europa y por Francia. El balance comercial de los productos agroalimentarios entre España y Francia es favorable a España, lo que significa que los españoles venden más productos agrícolas a Francia que al revés.
Si fuese español, yo insistiría mucho más en el peso de la agricultura en el futuro de este país. Se celebra poco la agricultura en España mientras que se habla mucho más de las nuevas tecnologías, cuando la agricultura es un sector importantísimo en la economía española y una importante fuente de crecimiento.
A mi me choca mucho que haya tan poca cobertura en la prensa nacional sobre los temas agrícolas. Me sorprende muchísimo. Ni siquiera la hay en la prensa económica, cuando hay empresas españolas impresionantes en materia agropecuaria: Campofrío, Ebro, Pescanova…

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