El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ha subrayado que “el mundo rural y el de la agricultura no puede situarse simplemente en un ministerio o en una consejería, es una cuestión de Estado”, por lo que ha defendido la unidad por encima de las diferentes ideas políticas “para decir juntos y con fuerza en Europa que si la reforma de la PAC se aprueba, España la veta”.
El presidente hacía estas manifestaciones hoy por la noche en la capital regional durante su intervención en el acto de la Cena de Hermandad Cooperativa, organizada por Caja Rural de Toledo con motivo de la celebración de su Asamblea General, y a la que asistían unos 2.500 cooperativistas.
José Bono, que ha calificado la reforma de la Política Agraria Comunitaria planteada por el comisario europeo Fischler como “el peor pedrisco que podamos recibir”, ha destacado que esta propuesta supondría para Castilla-La Mancha la pérdida de “10.000 millones en ayudas y la supresión de 18.000 explotaciones agrarias”.
El responsable del Ejecutivo castellano-manchego, que ha señalado la industria agroalimentaria, junto con la agricultura y la ganadería, como la “columna vertebral de nuestra región”, ha explicado que esa reforma de la PAC conllevaría el abandono del 56,9% de las explotaciones de cereal, girasol y leguminosas de la Comunidad Autónoma, mientras que sólo se podrán mantener los rebaños de ovino y caprino con más de 2.500 cabezas para la producción de carne, o únicamente 3.000 explotaciones de ovejas y cabras para la producción de leche.
Por todo ello, José Bono ha insistido que Europa no puede perder su potencial agrícola en el mundo, “ni desmantelar la PAC, ni permitir que se reduzca un solo céntimo”, porque según ha incidido el éxito de la industria agroalimentaria de Castilla-La Mancha, que ha facturado 600.000 millones de pesetas, “se debe al trabajo de muchos agricultores y ganaderos, pero también a las subvenciones que hemos recibido de la Unión Europea y que son imprescindibles para lograr una agricultura moderna”.
JCCM