Según apuntan los investigadores, estos métodos permiten detectar las necesidades de nitrógeno del césped y ajustar las dosis del fertilizante a su demanda, que varía en función de la disponibilidad de agua, temperatura o el estrés que se produce por el juego (pisoteo). Este ajuste reduce la contaminación y la cantidad de nutriente. “Si el abono se aplica como hasta ahora, se distribuye la misma cantidad y según los mismos intervalos de tiempo. Nosotros proponemos un método basado en el color para conocer qué dosis aplicar en cada momento y zona, ya que el color es un componente clave de la calidad estética del césped y un buen indicador de su estado nutricional”, explica uno de los integrantes del proyecto, Rafael J. López Bellido.
Por otra parte, los expertos han demostrado que el césped crece en las mismas condiciones de aspecto y calidad con menores recursos hídricos. Los resultados, obtenidos en el primer campo de golf experimental del país ubicado en la Universidad de Córdoba, han reducido un 60% el consumo de agua en las denominadas calles (que suponen el 45% de la superficie del terreno de juego) y un 40% en el green.
Estos resultados son fruto del proyecto de excelencia denominado Gestión integrada riego-nitrógeno en céspedes deportivos. Aplicación a campos de golf, que finalizó el pasado año y que se amplía con el estudio Optimización del riego y potencial de secuestro de carbono en campos de golf, que la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia ha financiado con 179.866 euros. La investigación pretende determinar que prácticas de manejo del campo de golf mejoran la captura y posterior secuestro en el suelo del CO2 atmosférico.
Los expertos persiguen que los campos de golf sean neutros en cuanto a emisión de C02, esto es, que todas las actividades que conlleva la práctica de este deporte emitan a la atmósfera igual o menos cantidad de carbono, que el secuestrado en el suelo por el césped, mediante la determinación, con técnicas de medición sencillas y precisas, el agua y el fertilizante que necesitan, así como las especies de plantas más adecuadas.
En concreto, la investigación se centra en determinar, en primer lugar, el efecto de la estrategia de riego, fertilización nitrogenada y especie-cultivar de césped utilizado sobre las emisiones de CO2, captura de carbono por la planta y secuestro de dicho elemento en el suelo y, después, se realizará un balance total de carbono del campo de golf.
Innova Press