Recorren el sur de Asia rumores de que es peligroso de consumir pescado que haya estado cerca de los cuerpos de las víctimas del maremoto o se hubiera alimentado de éstos, y en consecuencia se ha registrado una caída del consumo de este producto.
Sin embargo, la FAO afirma que carecen de fundamento estos temores. «De acuerdo con la información disponible, no está demostrado, desde el punto de vista epidemiológico o de ningún otro, que haya aumentado el peligro de contraer enfermedades por consumo de pescado o mariscos en las regiones damnificadas», declaró la Organización.
Esta evaluación se basó en la información recopilada por el personal de la FAO y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que trabaja sobre el terreno en los países víctimas del desastre.
Eliminar el consumo de pescado sería contraproducente
El pescado desempeña una importante función nutritiva en todos los países sobre los cuales se abatieron los tsunamis, donde el consumo medio anual per cápita es de los más elevados del mundo.
La FAO señala que evitar el consumo de pescado podría ser negativo para la nutrición y la salud, sobre todo para los sobrevivientes de los tsunamis, quienes están muy debilitados y se encuentran recuperándose de las lesiones sufridas.
«Se recomienda evitar el consumo de pescado o mariscos en evidente estado de descomposición, y sobre todo es importante garantizar que el producto esté eviscerado y bien cocido antes del consumo», indica la FAO.
En Indonesia y Sri Lanka, el consumo promedio de pescado per cápita ronda los 21 kilogramos al año, y aporta el 58 por ciento y el 52,3 por ciento del consumo de proteína animal, respectivamente. En las Maldivas, el consumo es de 191,4 kilogramos al año, y aporta el 81,4 por ciento de la ingesta de proteína animal.
En las zonas costeras, el consumo de pescado suele ser más elevado, alrededor del doble de los índices normales. Incluso en la India, como por ejemplo en algunas de las costas del estado de Tamil Nadu, el pescado llega a proporcionar entre el 50 y el 60 por ciento de la ingesta global de proteína animal.
Preocupan las filtraciones de los sistemas dañados de aguas residuales
El organismo de las Naciones Unidas advierte que es motivo de preocupación que los dañados sistemas de gestión de las aguas residuales y de sanidad puedan producir filtraciones en los criaderos de peces o en los estanques de acuicultura, y se produzcan infecciones virales, bacterianas o de parásitos intestinales.
En estas condiciones, estarían especialmente expuestas las personas que comen pescado crudo o poco cocido, mientras que el consumo exclusivo de pescado de buen aspecto, adecuadamente limpiado y bien cocido reduciría los riesgos al mínimo.
Es poco probable que proliferen algas tóxicas
La FAO también se refirió al temor que existe de que a consecuencia de los tsunamis aumente la concentración de biotoxinas en el pescado.
«Acontecimientos de la envergadura de los tsunamis pueden hacer proliferar algas y acumularse ciguatoxinas en algunas especies de peces, y biotoxinas en los moluscos bivalvos. En casos extremos, las mareas rojas o la muerte masiva de peces señalan el peligro, y es necesario entonces cerrar las pesquerías», señaló la FAO.
Sin embargo, las condiciones ambientales de ahora en las zonas afectadas por los tsunamis -donde prevalece la temporada de lluvias, húmeda y fresca son poco propicias para la proliferación de biotoxinas, concluyó la Organización.
La FAO añadió que también es poco probable el peligro de contaminación de pescado y mariscos con contaminantes químicos naturales que el maremoto hubiera removido, por ejemplo minerales pesados.
FAO