UPA afirma que en absoluto esta medida va a resultar efectiva para paliar el déficit en el control de movimientos de animales que se han encontrado en la última crisis de la fiebre aftosa. Tampoco lo cree adecuado para acabar con la desconfianza suscitada por la posibilidad de que la EEB se pueda propagar a través del ganado sin que haya forma de identificar a los animales afectados.
Este sistema propone una identificación individual de todo animal que sale de la explotación con dos crotales, quedando fuera de la medida aquellos animales que tengan menos de un mes. Se propone además, un sistema de registro centralizado como el Simogan del vacuno, que ya ha dado muestras de su escasa operatividad. UPA-A está convencida de la imposibilidad del ganadero para afrontar tales sistemas.
Estas medidas van a resultar, según la organización agraria, muy costosas para el ganadero que, si se sigue con la pauta mantenida hasta el momento, será quien tenga que afrontar la tarea y su coste. De momento, la cifra barajada en torno al coste del establecimiento del sistema ronda los 3 euros por animal. En Andalucía, con una cabaña de ovino de 3.103.134 cabezas, los ganaderos podrían asumir unos gastos de 9.309.402 euros, mientras que los productores de caprino tendrían que enfrentarse a unos gastos de 4.094.106 euros, por establecer este sistema identificativo en la cabaña de 1.364.702 cabezas.
UPA