El número de víctimas mortales lo confirma: más de 165.000 personas, según publicaba la compañía de reaseguros SWISS RE, una de las más grandes del mundo, en el número de febrero del 2000 de su revista Sigma. Así, Chernóbil se convierte en la tercera peor catástrofe ocurrida desde 1970 y en el peor desastre causado por los seres humanos. Por otro lado, la publicación de un estudio realizado a petición de la ONU pone de manifiesto que el número de afectados de una forma u otra supera los 7 millones de personas. En concreto, estudios médicos de Bielorrusia, a los que han tenido acceso Ecologistas en Acción, muestran que sólo el 20% de la población puede considerarse sana. A las enfermedades causadas directamente por la radioactividad hay que sumar los efectos causados por la escasez de alimentos frescos, puesto que las zonas cultivables están contaminadas. En dichos estudios también se refleja que las defensas y el sistema inmunológico de las personas están dañados en muchos casos por las dosis recibidas, lo cual hace que sean más propensas a sufrir enfermedades. Y pese a que 250.000 personas fueron evacuadas en los tres países de las zonas donde la radioactividad alcanza niveles altísimos, aún cerca de 1,8 millones viven en zonas contaminadas. Ecologistas en Acción celebra que la República de Ucrania haya decidido por fin cerrar el reactor que funcionaba en Chernóbil y que deje de usarlo para presionar a los países occidentales a cambio de recibir más dinero en ayudas. Por otra parte, la organización ecologista reclama al Gobierno español la fijación de un calendario de cierre en unos plazos fijos de las nueve centrales nucleares españolas, empezando por las de Zorita (Guadalajara) y Garoña (Burgos), que suponen «un verdadero peligro para la población y el medio ambiente».
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