La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, inauguró ayer la semana temática de la Tribuna del Agua de la Expo de Zaragoza dedicada al cambio climático y el agua, donde ha resaltado la necesidad de integrar políticas de gestión de recursos hídricos y cambio climático. Para ello la reordenación de los recursos financieros y transferencia de tecnologías a países en desarrollo no solo deben estar vinculadas a las políticas de mitigación sino también a las políticas de adaptación, muy especialmente a las de gestión de recursos hídricos.
Para ello, Teresa Ribera ha destacado que es fundamental trabajar sobre nuevas formas de cooperación en el medio y largo plazo, con un mayor acercamiento y mayor equilibrio entre las posturas de los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo con el objetivo de que la temperatura media del planeta no supere los 2ºC respecto a la era pre-industrial.
La fecha clave en la negociación internacional será diciembre de 2009 en Copenhague durante la 15ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Para dicho proceso, la países de la UE se han marcado un calendario con el objetivo de mandar una señal de liderazgo en la negociación internacional que implica el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y demostrar que el progreso en las acciones de mitigación pueden contribuir significativamente la competitividad de las empresas, según ha señalado Ribera.
POLÍTICAS DE ADAPTACIÓN
Por otro lado, la secretaria de Estado ha explicado que España cuenta con un Plan de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), dado que es un país muy vulnerable a los efectos del cambio climático por su situación geográfica y sus características socioeconómicas. El PNACC fue aprobado en julio de 2006 por la Comisión de Coordinación de Políticas de Cambio Climático y el Consejo Nacional del Clima.
La secretaria de Estado ha recordado que el PNACC es el marco de referencia para la coordinación entre todas las Administraciones Públicas en las actividades de evaluación de impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en España, siendo su objetivo último conseguir la integración de la adaptación al cambio climático en la planificación y gestión de los distintos sectores socioeconómicos y sistemas ecológicos españoles.
Teresa Ribera ha repasado los resultados del Cuarto Informe de Evaluación del IPCC que para el sur de Europa en general, y para España en particular, corroboran los estudios y análisis previos realizados en nuestro país. Los estudios preliminares promovidos por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España señalan para el siglo XXI un aumento progresivo y generalizado de temperatura y una disminución general de la precipitación, que causarán una reducción de las aportaciones hídricas y una modificación de la demanda de agua en los sistemas de regadío.
Según algunos estudios realizados, para el horizonte de 2030, simulaciones con aumentos de temperatura de 1ºC y disminuciones medias de precipitación de un 5% ocasionarían disminuciones medias de aportaciones hídricas en régimen natural de entre un 5 y un 14%. Para 2060, simulaciones con aumentos de temperatura de 2,5 ºC y disminuciones de precipitación de un 8% producirían una reducción global media de los recursos hídricos de un 17%. Estas cifras pueden superar el 20 a 22% para los escenarios previstos para final de siglo.
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