El nuevo acuerdo, una extensión por tres años del memorando de entendimiento establecido en 2004 entre ambas organizaciones, fue firmado en la sede central de la FAO por su Director General, Jacques Diouf y el Director de los Cuerpos de Paz, Ronald Tschetter.
“Este acuerdo refleja el resultado positivo de nuestra cooperación hasta la fecha”, aseguró Diouf. “Los voluntarios de los Cuerpos de Paz –añadió- se benefician de los conocimientos técnicos de la FAO en agricultura, bosques, pesca y nutrición, y a su vez la FAO se beneficia de la presencia de los voluntarios sobre el terreno y su habilidad para compartir su pericia y conocimientos técnicos con las comunidades locales de campesinos”.
Hoy en día, más de 8 000 voluntarios de los Cuerpos de Paz (Peace Corps, en inglés) prestan servicio en 74 países de todo el mundo. Los proyectos de los Cuerpos de Paz se desarrollan a nivel local en cada país en colaboración con los organismos del país anfitrión y se centran en las necesidades más apremiantes de las comunidades.
Trabajar en equipo
“Estamos orgullosos de continuar colaborando con la FAO y nos gustaría estrechar más esta colaboración en el futuro”, señaló Tschetter. “Trabajando en equipo y compartiendo nuestros conocimientos, conseguimos avanzar en nuestro objetivo común de lograr un mundo sin hambre”.
La FAO y los Cuerpos de Paz llevan trabajando juntos desde comienzos de la década de1960. Desde el desarrollo de huertos escolares a la creación de proyectos empresariales para jóvenes campesinos, los voluntarios de los Cuerpos de Paz colaboran con la FAO en una gran variedad de áreas.
Un buen ejemplo es el de Brianne Boylan, voluntaria que trabaja con las mujeres de la localidad de Winditan, en Níger, dentro de un proyecto de formación agrícola de la FAO, “Hasta ahora –explica Boylan- he desarrollado un programa de formación para cocinar con un hornillo que consume poco combustible (las mujeres construyeron 16 hornillos) y les ayudo a probar semillas mejoradas en sus huertos durante la temporada de lluvias. También estamos trabajando en un campo de pruebas agroforestal, que se supone multiplicará por siete los ingresos de un campo de mijo tradicional.
En Guatemala, cinco voluntarios de los Cuerpos de Paz han prestado apoyo al Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) de la FAO. En Kenia, la organización estadounidense colabora con la Escuelas de Campo de la FAO, con exitosos proyectos de comercialización. Los voluntarios en Senegal ayudaron a construir una granja avícola, y en Samoa y Tonga apoyaron a jóvenes campesinos para iniciar pequeñas empresas agrarias.
Experiencia de primera mano
”Vivir en la comunidad en la que trabajo me permite adquirir experiencia de primera mano sobre las cuestiones que atañen a la gente, como la pobreza, el hambre, la falta de formación y de oportunidades”, subraya Nicholas Welch, un voluntario de los Cuerpos de Paz que trabaja en una Escuela de Campo y Vida para Jóvenes, desarrollada para atender las necesidades básicas de los niños huérfanos a causa del SIDA y a otros grupos de menores vulnerables en las áreas rurales.
Sarah Grant, una voluntaria que trabaja en un proyecto similar de la FAO en el norte de Zambia, asegura que el momento de mayor satisfacción fue cuando sintió que ya no era necesaria. “Lo mejor fue cuando los facilitadores locales lograron tomar las riendas sin mi ayuda, ya que significa que hay muchas posibilidades de que el proyecto siga funcionando por sí mismo cuando yo me marche”.
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