Tratado de Rotterdam: progreso en los países en vías de desarrollo

Representantes de más de 100 gobiernos se reúnen esta semana, del 8 al 12 de octubre, para preparar la entrada en vigor del Tratado de Rotterdam sobre Información y Consentimiento Previo (ICP) de algunas sustancias químicas y plaguicidas peligrosos en el comercio internacional y revisar la realización del Procedimiento Voluntario Transitorio de ICP.

El Tratado de Rotterdam contribuye a la reducción de los riesgos asociados al empleo de sustancias químicas, sobre todo en los países en vías de desarrollo y limita la introducción de sustancias químicas y plaguicidas peligrosos en aquellos países que no pueden administrarlos con seguridad.

Adoptado en 1988, bajo los auspicios del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Tratado de Rotterdam se sirve del procedimiento ICP (información y consentimiento previo) para ayudar a los gobiernos a la hora de decidir si aceptan o no importaciones de algunas sustancias químicas peligrosas. Los países exportadores de esas sustancias deben respetar la decisión de la parte importadora.

El Tratado de Rotterdam desempeña un papel esencial en la promoción de la gestión del ciclo vital de sustancias químicas y plaguicidas, afirma Shafqat Kakakhel, Subdirector Ejecutivo del PNUMA. Es un complemento esencial a los Tratados de Basilea y Estocolmo, así como al Código Internacional de Conducta sobre la distribución y el empleo de plaguicidas de la FAO y a los programas sobre sanidad e impacto ocupacional, como los que llevan a cabo la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

Kakakhel observa que estos tratados y programas, puestos en práctica de forma conjunta, proporcionan un enfoque global y sistemático del empleo de sustancias químicas peligrosas.

David Harcharik, Director General Adjunto de la FAO, subraya que «tratados mundiales como el de Rotterdam sirven para establecer un nivel de control y pueden ayudar a contrarrestar los efectos negativos de la globalización». Harcharik, ha invitado también a los países a ratificar el Tratado de Rotterdam antes de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se celebrará en septiembre del 2002.

Hasta la entrada en vigor del Tratado de Rotterdam, los gobiernos han optado por aplicar el procedimiento de información y consentimiento previo con carácter voluntario. Actualmente, éste es operativo para tres fórmulas de aditivos químicos y dos fórmulas de plaguicidas gravemente peligrosos, candidatos a la inclusión en el procedimiento transitorio de IPC. Las dos fórmulas de plaguicidas fueron indicadas por Senegal, citando el artículo 6 del Tratado basado sobre los problemas de las condiciones de uso en su país. Estas son las primeras fórmulas de ese tipo designadas durante el procedimiento transitorio.

El Tratado de Rotterdam fue adoptado y firmado por ministros y representantes de diversos gobiernos el 11 de septiembre de 1998 en esa ciudad holandesa. Hasta ahora cuenta con 73 adhesiones y ha sido ratificado por 16 gobiernos: entrará en vigor 90 días antes de la ratificación número 50.

En el mercado se pueden encontrar actualmente 70.000 sustancias químicas diferentes y cada año se introducen otras 1.500 nuevas. Esta situación plantea un gran desafío a muchos gobiernos que deben supervisar y gestionar estas sustancias potencialmente peligrosas. Muchos plaguicidas que se han prohibido, o cuyo empleo ha sido estrictamente limitado en los países industrializados, están todavía en comercio y se usan en los países en desarrollo.

FAO

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