Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura

La Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha aprobado en su asamblea general un Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura que garantizará un uso más eficaz de la diversidad genética para hacer frente al desafío de la erradicación del hambre en el mundo.

El Tratado fué aprobado con 116 votos a favor y dos abstenciones. No hubo votos en contra.

El Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura es un amplio acuerdo internacional único. Toma en consideración las necesidades específicas de los agricultores y fitomejoradores; busca garantizar la disponibilidad en el futuro de la diversidad de recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura de las que dependen, y el reparto justo y equitativo de los beneficios, según afirman los expertos de la FAO.

El Tratado Internacional se ha revisado en armonía con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que fue adoptado en 1992, como el primer acuerdo internacional vinculante relativo a la biodiversidad.

En 1994, la FAO comenzó un proceso de negociación intergubernamental, para revisar el compromiso internacional sobre recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación elaborado en 1983, de cara a su adopción como un acuerdo jurídicamente vinculante, en armonia con el CDB. Las partes en este Convenio han reconocido las diversas características y los problemas de la agrobiodiversidad y la necesidad de soluciones específicas que deben ser elaboradas por la FAO.

El largo y complejo proceso de negociaciones que dió vida al Tratado ha sido guidado por el embajador Fernando Gerbasi de Venezuela, Presidente de la Comisión de Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación de la FAO (CRGAA).

Este acuerdo internacional jurídicamente vinculante, que entrará en vigor cuando lo ratifiquen al menos 40 estados, ofrece un marco para garantizar el acceso a los recursos fitogenéticos, a conocimientos y tecnologías relacionadas, así como a los fondos comprometidos internacionalmente. Dota también al sector agrícola con una herramienta multilateral para fomentar la cooperación y la sinergía con otros sectores, en especial con el comercio y el medioambiente, dice la FAO.

"El Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura es la encrucijada donde se encuentran la agricultura, el medioambiente y el comercio. Es un instrumento internacional de primer orden que reconoce el significado del acceso y el reparto de beneficios como la base para el uso continuo y sostenible de los recursos fitogéneticos en la alimentación y la agricultura", subraya el Director General de la FAO, Jacques Diouf.

"La aprobación por parte de la Conferencia de la FAO de este Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura es una piedra angular de la cooperación internacional. Representa el feliz resultado de las prolongadas negociaciones que comenzaron en noviembre de 1994 entre los estados miembros de la FAO", agrega Diouf.

El nuevo Tratado es el resultado de la revisión negociada del acuerdo previo, el Compromiso Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura que fue adoptado por la Conferencia de la FAO en 1983, como un instrumento para fomentar la concordia internacional sobre las materias relativas al acceso a los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. Reconoce que los derechos de los agricultores son complementarios de los derechos de los fitomejoradores.

Ciento trece países adhirieron al primitivo Compromiso Internacional, que pretende "garantizar que los recursos fitogenéticos de interés económico y/o social, especialmente para la agricultura, serán explorados, defendidos, evaluados y puestos a disposición para propósitos científicos y de fitogenética".

El Tratado Internacional está patrocinado por la Comisión de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (CRGAA), un foro permanente para la discusión creado en 1983 y compuesto en la actualidad por 160 países miembros. Desempeña en la actualidad la función de Comité Transitorio para el Nuevo Tratado Internacional, hasta que éste entre en vigor. El profesor José Esquinas-Alcázar, Secretario de la Comisión ha subrayado "los temas técnicos, sociales, económicos, políticos y éticos que tienen que ver con la conservación y la utilización de los recursos fitogenéticos ".

El profesor Esquinas-Alcázar ha agregado que a pesar de la aprobación del Tratado Internacional "la tarea que queda todavía por hacer es enorme dada la necesidad de garantizar que los recursos genéticos y las tecnologías locales utilizadas por generaciones de agricultores sean complementadas y potenciadas por las nuevas tecnologías en lugar de ser amenazadas o sustituidas por ellas".

La duración que han tenido las negociaciones refleja la dificultad de llegar a acuerdos en las cuestiones relativas a los derechos de propiedad intelectual y la lista de cultivos incluidos en el Tratado. A pesar de todo, el Tratado muestra el amplio compromiso internacional que tanto las tecnologías tradicionales como las modernas deben estar al servicio de la humanidad, en particular para aliviar el hambre y promover el desarrollo sostenible en los países en desarrollo.

FAO

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