p>Las razones fundamentales por las que UCAMAN no acepta bajo ningún concepto la propuesta comunitaria y solicita su retirada son, por un lado la alarmante carencia de medidas e instrumentos para mejorar la competitividad del sector, muy especialmente de los viticultores y las cooperativas, y por otro lado por la traumática desaparición de las medidas de mecanismos de mercado (destilación de uso de boca y de subproductos, almacenamientos privados, ayuda al mosto, etc.) desde el primer momento, sin dar alternativas que posibiliten el desarrollo de acciones encaminadas a posicionar a nuestras explotaciones y bodegas en un nivel competitivo suficiente en el mercado mundial.
Para UCAMAN, el sector vitivinícola español requiere de un periodo transitorio para adaptar las estructuras productivas y de comercialización ante el planteamiento liberalizador que propone la Comisión. Por tanto, es inaceptable que tras el esfuerzo social y económico realizado, especialmente en la última década, por los viticultores y bodegas, por un lado para adaptar el manejo de sus explotaciones a variedades de vid adecuándolas al mercado, y por otro, dotarse de las más modernas instalaciones de elaboración con los últimos avances tecnológicos para la obtención de vinos de máxima calidad, de repente la Comisión se desmarque con una propuesta de OCM autodestructiva, sin medidas que apoyen la creación de estructuras comerciales que rentabilicen dichas inversiones, pudiendo echarlas por tierra sin que puedan dar los frutos deseados, al no instrumentar medida alguna dentro de la dotación presupuestaria de los “sobres nacionales” que la Comisión propugna.
Y es que, hasta el año 2013 serían necesarias medidas que garanticen el equilibrio del mercado y medidas que permitan el desarrollo comercial, ninguna de las cuales aparece reflejadas en el documento propuesto de la Comisión.
A juicio de UCAMAN las medidas contempladas en el sobre nacional son insuficientes y deben ser ampliadas. Además de las que propone la Comisión, deberán mantenerse los instrumentos actuales de regulación, aunque fuese por un periodo transitorio, ya que su desaparición puede provocar desequilibrios en el mercado a corto plazo.
Este sobre nacional deberá contemplar también ayudas a los planes de desarrollo comercial, que permitan al sector vitivinícola mejorar sus estructuras comerciales para alcanzar el liderazgo mundial.
En lo que respecta a la gestión de las medidas contempladas en el sobre nacional, para UCAMAN deben jugar un papel fundamental las Organizaciones de Productores Vitivinícolas (OPVs), organizaciones de productores vitivinícolas. Esta figura si bien está contemplada en la propuesta de Reglamento, no se le aporta ningún contenido.
UCAMAN se opone además al trasvase de presupuesto a desarrollo rural, ya que no garantiza que esos fondos estén vinculados al sector vitivinícola. Por este motivo las cooperativas apuesta por que ese prepuesto se incluya en el sobre nacional.
Por último, las cooperativas rechazan la liberalización de las plantaciones, ya que va a producir una merma importante en el patrimonio de los productores y sólo favorece a las grandes empresas vitivinícolas.
Impacto sociológico y medioambiental
Tampoco se entiende desde UCAMAN, lo que supondría la aplicación de la OCM en zonas vitivinícolas más sensibles y en las que la vid y el vino son el motor de desarrollo, la mayor fuente de riqueza, donde mayor población se asienta y más empleo directo e indirecto se genera, al aplicar un arranque masivo de viñedo que puede provocar el despoblamiento de municipios que viven básicamente de este cultivo, el aumento del desempleo y la disminución de las rentas de los habitantes de zonas como Castilla-La Mancha; sin olvidar el impacto medioambiental que supondría en nuestra región el abandono de grandes superficies con una cubierta vegetal constante que están evitando en gran medida el avance de la desertificación y sus consiguientes consecuencias colaterales.
En definitiva, la propuesta es un mal documentos con el que iniciar las negociaciones.
UCAMAN