La Eurocámara ha adoptado el informe de la comisión temporal sobre la fiebre aftosa en el que se analiza cómo se luchó contra esta enfermedad en la UE durante 2001 y propone algunas recomendaciones para evitar y combatir las epizootias en la Unión Europea. En particular, aboga por la vacunación de emergencia y desestima la opción de la vacunación profiláctica.
Vacunación versus sacrificio
En la resolución, el Parlamento pide que se revisen los planes de prevención y alerta de la Comisión y de los Estados miembros, orientándolos hacia la detección temprana de focos de infección y contemplando la vacunación de emergencia como una de las primeras opciones entre las medidas de lucha al aparecer un brote. El pleno afirma que la política practicada en la Unión Europea ante brotes de fiebre aftosa «no puede seguir aplicándose en su forma actual». En la actualidad, la política comunitaria consiste en sacrificar el rebaño afectado y los animales sensibles que hubieran entrado en contacto (política de sacrificio sanitario total o stamping out) y se evita por principio la vacunación de emergencia a la que sólo se recurre de forma excepcional y a propuesta del Estado miembro afectado. Esta política de no vacunación otorga, afirma la Cámara, «una prioridad excesiva a los aspectos comerciales».
No obstante, el informe no proporciona un dictamen definitivo sobre la medida de sacrificio sistemático en un radio de las explotaciones infectadas. «No cabe permitir ni prohibir expresamente esta práctica a nivel europeo», señala el texto.
Aunque la resolución señala que los expertos no fueron unánimes sobre la conveniencia de la vacunación, constata que «gran número de expertos insistieron en que, frente al método de sacrificio sanitario o «stamping out», la vacunación de emergencia bajo determinadas condiciones es el mejor método de lucha contra la fiebre aftosa». Ambas alternativas deben estudiarse en función de la situación concreta, propugna el pleno. Y pide a la Comisión que elabore en el plazo de un año un estudio de costes-beneficios sobre ambas estrategias que tenga en cuenta el impacto, no sólo económico, en las zonas afectadas.
Periodo de espera
Por otro lado, aboga por que el periodo de espera para recuperar el estatus de «libre de fiebre aftosa», tras una política de vacunación sin sacrificio, se reduzca a 3 meses, para que sea igual que cuando se recurre al sacrificio. En la actualidad, el periodo de espera es de 6 meses para la vacunación y 3 meses para el sacrificio.
Vacunación profiláctica
Por lo que respecta a la vacunación preventiva, prohibida en la UE desde 1992, la Cámara exige también a la Comisión que en el plazo de un año presente un estudio coste-beneficio basado en la experiencia de 2001 y los nuevos datos científicos. La enmienda que propugnaba permitir a los Estados miembros que lo desearan una vacunación general una vez que se comercialice una vacuna marcadora, fue rechazada por 231 votos a favor, 280 en contra y 16 abstenciones.
Planes de alerta
La Eurocámara subraya también que los planes de alerta deberían estar armonizados a escala comunitaria y diseñados para reaccionar ante brotes de gran magnitud. Se aboga por que todas las partes interesadas colaboren en su preparación y que sus sistemas informáticos estén integrados para facilitar el intercambio de información en situaciones de crisis. También se aconseja la prohibición inmediata a escala nacional de todo transporte de animales sensibles cuando se sospeche un brote de una epizootia contagiosa.
Control de las importaciones
El Parlamento propugna la prohibición de las importaciones de carne y productos de origen animal procedentes de terceros países en los que la fiebre aftosa y otras enfermedades de los animales sean frecuentes. El informe sugiere intensificar los controles en los aeropuertos para evitar la importación ilegal de carne o productos de origen animal en el equipaje de los pasajeros.
Además, la Cámara considera que se deberían inspeccionar regularmente las explotaciones ganaderas y en caso de infracciones reiteradas prohibirle al responsable la cría de animales.
Compensaciones
En este capítulo, el informe sugiere la revisión del «injusto sistema» que sólo prevé compensaciones para un grupo de afectados, concretamente los agricultores obligados a sacrificar su ganado, y no contempla ayudas para los que no han sacrificado ni para otros sectores, como el turismo, que también pueden verse perjudicados. La Cámara propugna vincular las compensaciones a un sistema de seguros obligatorios.
Críticas al Reino Unido
El informe critica en particular la actuación seguida en el Reino Unido y destaca considerables deficiencias en los planes de urgencia y retrasos en la toma de decisiones, en particular, para prohibir el transporte de ganado. También constata la inexistencia de un sistema efectivo para identificación y rastreo del ganado en ese país y la falta de coordinación de las administraciones públicas. La reacción del gobierno británico se caracterizó, señala el informe, por el incumplimiento de ciertas disposiciones sobre el bienestar de los animales y la decisión de sacrificios masivos no se cumplió la legislación medioambiental. Además, la resolución considera preocupante que la gestión de la crisis en el Reino Unido haya estado dominada por el interés de grupos específicos relativamente pequeños sin tener en cuenta el interés común de regiones enteras. Asimismo, el informe es muy crítico con la política de información del gobierno británico que, afirma, «resultó insuficiente antes y durante la crisis».
Gestión adecuada de la Comisión
El Parlamento valora positivamente la actuación de la Comisión durante la crisis. «No se aprecia ninguna deficiencia en la gestión de la crisis por la Comisión», reza el informe. No obstante, considera que la Comisión no había evaluado adecuadamente los planes de alerta de los Estados miembros y le insta a promover una mayor colaboración en materia de información.
Origen del brote
El informe afirma que el origen de la epizootia no ha sido aclarado, aunque hace referencia a las investigaciones realizadas por el gobierno británico, según las cuales el origen, en febrero de 2001, se produjo por alimentar ganado porcino con residuos de carne importada ilegalmente. De ahí el virus fue transmitido a las ovejas de otras granjas y propagado a través del mercado al resto del país, a Francia, Irlanda y a los Países Bajos.
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