Un ‘chequeo’ para racionalizar la Política Agrícola Común y hacer frente a nuevos desafíos

Las reformas han modernizado la PAC, pero este chequeo de su estado de salud representa una inmejorable oportunidad para avanzar en la revisión de la política. Se plantearán tres cuestiones principales: cómo simplificar el régimen de ayudas directas y darle mayor eficacia; cómo mantener la pertinencia de unos instrumentos de apoyo al mercado, concebidos originariamente para una Comunidad de Seis, en nuestro mundo de hoy; y cómo hacer frente a los nuevos desafíos, desde el cambio climático a los biocombustibles, la gestión del agua y la protección de la biodiversidad.

La Comunicación que se presentó es el lanzamiento de una consulta de gran alcance que durará seis meses. La próxima primavera, la Comisión presentará propuestas legislativas, que espera serán adoptadas por los ministros de agricultura antes de que finalice 2008 con vistas a una entrada en vigor inmediata. A lo largo de 2007 y 2008, la Comisión definirá su enfoque de la revisión presupuestaria para 2008-2009. El «chequeo» es una acción preparatoria en este contexto y no prejuzga el resultado de esta revisión: afina las reformas de 2003 y contribuye al debate sobre las prioridades futuras en el terreno agrícola.

Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural ha señalado: «¿Significa este chequeo que el paciente está enfermo? De ninguna manera, pero es muy normal que los que gozan de buena salud vayan al médico para ver si tienen que hacer algo para mantenerse en forma. También nosotros hemos de ver si es necesario ajustar la PAC a la Unión de los 27 y a un mundo sometido a rápidos cambios. Las modificaciones que propongo supondrán una gran diferencia para los agricultores, los consumidores y los contribuyentes.»

Medidas sugeridas:

Simplificación y mayor eficacia del régimen de pago único

La Comunicación plantea ideas tales como:

  • Apartarse de los pagos basados en los ingresos históricos pasando a un sistema en mayor medida de tanto alzado.
  • Aumentar la proporción de pagos disociados en aquellos países que optaron por mantener el vínculo entre subvención y producción en ciertos sectores agrícolas, si bien las ayudas vinculadas a la producción pueden seguir desempeñando un papel en regiones donde la producción se realiza a pequeña escala pero reviste especial importancia económica o medioambiental.
  • Reducir gradualmente el nivel de las ayudas conforme aumentan los pagos globales a grandes explotaciones, comenzando por un nivel de, por ejemplo, 100 000 euros al año. Ello podría establecer diferencias entre explotaciones de varios propietarios con numerosos trabajadores y explotaciones de un solo propietario con pocos trabajadores.
  • Aumentar la superficie de tierras que un agricultor debe poseer antes de poder obtener apoyo comunitario respecto al nivel actual de 0,3 hectáreas.
  • Revisar las normas de condicionalidad que los agricultores deben cumplir para recibir ayudas de Bruselas. Ello podría suponer eliminar obligaciones innecesarias, pero también añadir otras para abordar nuevos retos, como la mejora de la gestión del agua o la mitigación del cambio climático.

Ajuste de los instrumentos de apoyo al mercado para adecuarlos a una Unión Europea de 27 miembros en 2007

La Comunicación se pregunta lo siguiente:

  • ¿Deben las intervenciones volver a su finalidad original –una verdadera red de seguridad- especialmente ahora que los precios de mercado están en tan buena forma?
  • ¿Podrían situarse en cero las ayudas a la mayor parte de los cereales y mantenerse para un único cereal (trigo panificable)?
  • ¿No debería eliminarse la retirada de tierras mientras se encuentran nuevas maneras para mantener el beneficio que ha supuesto para el medio ambiente?
  • Si bien ya está previsto que las cuotas lácteas desaparezcan en 2015 ¿no deberían aumentarse gradualmente de aquí a entonces para proporcionar al sector un «aterrizaje suave»? Es preciso buscar posibles medidas para ayudar a los productores de leche en aquellas regiones de la UE –como las zonas de montaña- que dependen sobremanera de la producción láctea.

Respuesta ante los nuevos desafíos:

La Comunicación estudia de qué manera la política agrícola puede prepararse ante los nuevos retos y oportunidades que se presentan a la agricultura comunitaria.

Entre ellos figuran la gestión del riesgo, la lucha contra el cambio climático, una gestión más eficaz del agua, sacar el mayor partido de las oportunidades que ofrece la bioenergía y conservar la biodiversidad.

Los objetivos sobre cambio climático y gestión del agua podrían alcanzarse a través de la condicionalidad.

Deberán preverse incentivos para una actuación más eficaz en estos ámbitos, pero ello supone un gasto considerable.

La mejor manera de financiar las nuevas medidas que se precisan es mediante la política de desarrollo rural.

La Comunicación propone aumentar la tasa de «modulación», es decir, la reducción de los pagos directos a todos los agricultores que reciben más de 5 000 euros al año y la transferencia del importe correspondiente al presupuesto de desarrollo rural.

Ello supondría un aumento gradual del 5% al 13% en 2013.

Igualmente ha de examinarse si la prima por cultivos energéticos sigue siendo necesaria en vista de los nuevos incentivos a la producción de biocombustibles, como son los objetivos obligatorios para bioenergía y los elevados precios.
Para mayor información:

http://ec.europa.eu/agriculture/healthcheck/index_fr.htm

Comisión Europea

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