Un estudio demuestra la ausencia de larvas de anisakis en el pescado de la acuicultura regional

Según el director general de Ganadería y Pesca, Adolfo Falagán, “esto puede aumentar el valor añadido del producto de cara al consumidor final”, ya que, añadió, “hay quien le gusta consumir el pescado crudo y no congelado, en lugar de someterlo a unas condiciones de conservación y unas preparaciones culinarias agresivas”.

La presencia de larvas de anisakis en el pescado de consumo humano, explica Falagán, “supone un riesgo para la salud pública, especialmente cuando se consume el pescado crudo o poco cocinado”. Con el fin de disminuir la incidencia de esta zoonosis, las autoridades sanitarias europeas promulgaron varias normativas al respecto, las cuales tuvieron su reflejo en España en un Real Decreto.

La aplicación de esta norma, señaló Falagán, “ha provocado reacciones contrarias y ha suscitado una polémica sobre la presencia o no de este parásito en los ejemplares procedentes de acuicultura marina mediterránea”.

Son numerosos los trabajos científicos sobre la prevalencia del anisakis en productos de la pesca extractiva. Sin embargo, no existían estudios sobre peces de acuicultura mediterránea. Los empresarios del sector acuícola aseguran que sus productos están libres de este parásito. Para ello, se respaldan en un estudio de 2003 sobre salmones realizado en Lunestad, Noruega.

Técnicos del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Consejería analizaron un total de 309 peces (lubinas y doradas) procedentes de las instalaciones acuícolas ubicadas en el litoral de Águilas y San Pedro del Pinatar. Todos los ejemplares fueron necropsiados y sometidos a un completo examen, tanto de la cavidad abdominal, como de órganos del aparato digestivo. Los resultados apuntan que no se encontró ninguna larva de anisakis en los peces examinados.

El director general de Ganadería y Pesca, Adolfo Falagán, apuntó que dicha ausencia puede deberse a diversos factores: “El sector productivo sostiene que la alimentación artificial mediante pienso limita enormemente que los peces criados en jaulas en mar abierto entren en contacto con la fuente de infestación, que serían los pequeños crustáceos e incluso los peces de menor tamaño”.

Sin embargo, añadió, “aunque la probabilidad se limita mucho, no puede descartarse de forma absoluta este contacto, ya que las jaulas flotantes de acuicultura seducen a multitud de especies marinas, por un efecto combinado de presencia de comida, atracción química y de protección”.

Dicho estudio se enmarca en un plan experimental de vigilancia epidemiológica para determinadas enfermedades víricas de la acuicultura, desarrollado por la Consejería, y ha sido financiado con fondos del Plan Nacional de Investigación en Cultivos Marinos de Jacumar, del Ministerio del ramo.

A partir de este estudio inicial, el Servicio de Pesca y Acuicultura de la Consejería mantendrá los muestreos sobre poblaciones acuícolas tradicionales en nuestras costas, como son la dorada y la lubina, e introducirá nuevas especies emergentes en acuicultura como es la corvina. Además, realizará controles en los dos semestres del año, con el fin de incluir variables como la temperatura del agua del mar y los ciclos biológicos de los distintos hospedadores intermediarios y definitivos del anisakis.

CARM

Deja una respuesta